La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal defendió ayer, en la inauguración del Convención Autonómica del PP en Burgos, la necesidad de un cambio en España como solución única a la crisis . Una medida que pasa por «un Gobierno del PP y con Mariano Rajoy como presidente». Asimismo, aseguró no haber llegado a un pacto con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero porque no han propuesto un cambio radical, sino que se han defendido que «todo siga igual».
De Cospedal, señaló que a lo largo de estas dos jornadas el PP va a tratar los auténticos problemas que le afectan a la sociedad. Las infraestructuras, la corrección del déficit, la necesaria austeridad y la evolución demográfica son los pilares sobre los que se sustentarán las mesas redondas que se celebrarán en esta convención.
Su intervención se centró en la economía, en la educación y en el paro y recordó al Ejecutivo central que no ha apoyado el pacto por la educación porque no han presentado verdaderas reformas. «Si el Gobierno quería mantener el actual modelo para eso no le hace falta el Partido Popular», dijo.
En este sentido, defendió un modelo educativo que garantice la libertad de los padres a la hora de elegir la educación de sus hijos, que en toda España exista el derecho y el deber a estudiar en castellano y que garantice una educación de calidad y en la que se refuerce la autoridad del profesor. De Cospedal basó este argumento arremetiendo contra el actual sistema educativo. «Si la sociedad quería un pacto es porque las cosas tenían que cambiar. Si hay un fracaso escolar es porque el actual modelo educativo es malo».
Asimismo, insistió en la necesidad de un cambio en el país. Una reforma que pasa porque el PP asuma las riendas ya que, según explicó, «no exagero, pero en los próximos meses está en juego el futuro del país porque de las decisiones o indecisiones dependerá salir de la actual situación». Para el PP, su llegada al Ejecutivo servirá para poner freno al paro. Los actuales datos del paro fueron recordados por De Cospedal, que manifestó su preocupación por los 4,6 millones de personas que no tienen trabajo en España. Aunque, a su juicio, la peor cifra son las 1.300.000 familias españolas en las que todos sus miembros se encuentran en paro.
También hizo alusión al encuentro de hace unos días entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, en el que el presidente del Gobierno pidió el apoyo de la oposición para ayudar a Grecia y para la reforma de la Ley de Cajas. Una medidas aprobadas por los populares, pero «insuficientes». De esta forma, echó en cara al Gobierno haber tapado los problemas de la crisis económica. Unas dificultades que ha derivado en un endeudamiento «que estarán pagando hasta nuestros nietos». Todas estas razones son las que argumentó para que el PP asuma el mandato del Ejecutivo central. «La salida de la recesión llegará cuando la cara de Zapatero deje de ser la cara del presidente del Gobierno», apostilló.
