No viene mal que de tiempo en tiempo “nos vayamos” en este comentario hacia varias cuestiones dentro de un mismo texto, cuestiones que en algunos casos podían dar tema para la extensión de una sola de ellas para desarrollar el artículo completo; pero de esta otra forma, la variedad puede ser más entretenida…Si es que te dejan “pensar” un poco esos motoristas tan “expertos” en mover el mando del acelerador sin necesidad, pero que sin atención a los paseantes, pasan entre ellos levantando la ira de todos y sin que nunca aparezca nadie con autoridad para obligarles a ser más condescendientes y respetuosos con los demás. Este es un punto muy a tener en cuenta en esas campañas a favor de la convivencia ciudadana y de la movilidad: El ruido injustificado.
Y hablando de circulación, nuestra ciudad es un ejemplo de obras, cortes de tráfico, cambios de direcciones que, sin quererlo los que tienen el deber de ordenarlo, lo cierto es que producen un malestar general, motivado por el asfaltado de un tramo de la avenida del Padre Claret (¿cuántos años hace que modestamente propuse esta idea que, reposada en la mente de algunos, la presentan ahora como “feliz iniciativa”?); por los “nuevos” arreglos en la avenida de la Constitución, tan “acertadamente” acondicionada como la del Padre Claret; por la instalación de las cámaras en la calle de San Juan para “vigilar” el tráfico…y suponemos que los cruces de dos autobuses en la Curva del Diablo, porque habría que ser mal pensado para creer que se colocan para evitar posibles daños a la figurita…Protección suficiente va a tener ésta con la nueva ruta turística protagonizada por grandes mujeres de la Historia (y locales de hasta nuestro siglo), a las que ahora se reivindica para que no creamos que se trata de llevar a los visitantes por la calle de San Juan con otra finalidad. (¡Hay que ver qué inventiva se tiene para que los demás no pensemos otra cosa!).
Bueno, y así se escribe la historia…Así y con un texto sobre la de España dirigido exclusivamente a niñas. Pero ¿esto no era de tiempos pasados tan criticados ferozmente, y ahora vamos a volver a las andadas? Una cosa es ser feminista, creo yo, y otra regresar al por muchos “despreciado” ayer. Porque feminista, y muy convencido, es el veteranísimo (90 años y aún sobre los escenarios) y siempre elegante y correcto Arturo Fernández, que muy recientemente ha declarado: “Soy convencido feminista desde el momento en el que me siento admirador absoluto de la figura femenina y de su papel en la sociedad. Hombres y mujeres somos iguales en derechos y obligaciones, pero biológicamente distintos. ¿Por qué no reconocemos esas diferencias naturales y nos comportamos todos con más naturalidad?”. Alguien lo tomará como motivo para salir en manifestación, si se organiza en día festivo, porque lo que no se acaba de comprender es cuándo y en donde trabajan esas personas que se manifiestan a cualquier hora del día y en cualquier jornada laboral. ¿Quién les abona el salario correspondiente? Porque el caso es que eso que en algunos medios se ha venido llamando recientemente “paga única” para compensar diferencias, no puede ayudarles mucho, si se trata de una paga con un promedio de 13 euros, como se asegura.
¡Ah! Y otra cosa curiosa. Hay que ver la celeridad que se ha puesto para cambiar el nombre de algunas de nuestras calles por “relaciones franquistas”, frente a las decisiones del Tribunal Administrativo de París que ha rechazado en varias ocasiones la petición de un grupo de descendientes de exiliados españoles de que sea retirada la Legión de Honor que se concedió a Franco. ¿Por qué? Dice el Tribunal galo: “Desde un punto de vista meramente histórico, la Legión de Honor fue concedida al general Franco para celebrar el “reconocimiento” oficial del Estado francés, tras los combates militares conjuntos de Francia y España durante la guerra del Rif, en el actual Marruecos. Los honores de oficial y comendador de la Legión de Honor fueron concedidos al director de la Academia General Militar de Zaragoza, la más alta institución marcial del Estado español”.
Y es que, hay que saber distinguir, cosa que no todos parecen entender.
