La seguridad en internet es un desafío que a simple vista resulta imposible de superar. Cada avance para evitar robos, fraudes o estafas es superado rápidamente por los ciberdelincuentes que siempre están un paso adelante.
Los hackeos no tienen límites. Afectan a personas particulares, a empresas y hasta a organismos estatales que creían tener poderosos escudos para evitar esas invasiones.
La privacidad parecía segura con las contraseñas. Sin embargo, los usuarios no les prestan la debida atención. Suele pasar que la vida se complica al tener que inventar contraseñas para todo, y para después recordarlas. Entonces, se cubre el espacio con cualquier combinación, cuanto más sencilla y repetida, mejor. Ese es el gran error que probablemente se lamentará.
Contraseñas perezosas facilitan la acción de los ciberdelincuentes
A pesar de los riesgos que son muy difundidos, muchas personas siguen utilizando contraseñas débiles. Hay factores psicológicos y hábitos que determinan esta forma de proceder.
Los usuarios perciben las contraseñas como una molestia y no como una herramienta para garantizar la seguridad. Generalmente, se subestima el riesgo real de sufrir un ataque cibernético. No sienten como necesaria la creación de contraseñas más complejas. Así que optan por las que son fáciles de recordar, rápidas y sencillas.
Lo cierto es que resulta toda una complicación idear contraseñas robustas para todos los servicios vía internet que cada persona usa. Pero hay que entender que el simplismo es peligroso.
Las personas optan por fórmulas que sean fáciles de recordar casi sin pensar. Incluso hay quien dispone la misma para todo. Se usa el “1234”, “00000, el nombre de la web en la que se configura el acceso, expresiones sencillas de uso común como “teamo”, “soyespañol” e incluso malas palabras.
También es frecuente crear contraseñas con datos personales, nombres, números de documentos y fechas familiares. La consigna es que no compliquen al usuario en el momento de acceder al sitio web o a la app. A esta tendencia a zafar de complicaciones, se debe, en gran medida, la debilidad y el riesgo.
¿Qué medidas toman las organizaciones para contribuir a la seguridad de los usuarios de sus plataformas?
La seguridad de las contraseñas no solo depende de los usuarios. Las empresas pueden contribuir a reducir el riesgo de hackeos y la exposición al fraude. En la actualidad muchos sitios y aplicaciones han reforzado sus sistemas de identificación y autenticación de usuarios.
Para evitar las contraseñas débiles, exigen que tengan números, letras mayúsculas y minúsculas y símbolos. Además, establecen sistemas de doble autenticación.
La contraseña se complementa con mecanismos adicionales que hacen más difícil el acceso no autorizado, incluso cuando la contraseña esté comprometida.Uno de los sistemas de verificación más frecuentes es el uso de códigos de seguridad temporales. Son enviados por SMS, mail o generados en aplicaciones. Este sistema agrega una capa extra de verificación.
La identificación biométrica es una de las herramientas más poderosas para reducir la vulnerabilidad causada por las contraseñas débiles. La huella dactilar, el reconocimiento facial o la identificación por voz basan la identificación en rasgos únicos del usuario.
Este sistema es muy cómodo para el usuario, por lo que muchas empresas lo están adoptando.
A pesar de todas estas medidas, las contraseñas siguen siendo un punto débil en internet. Es importante evitar contraseñas muy cortas, series de números y los datos personales que se obtienen fácilmente.
Una medida necesaria es contar con contraseñas diferentes para cada cuenta. De esta manera, si una es vulnerada, el delincuente solo accederá a esa cuenta. Las demás estarán a salvo, por lo menos temporalmente.
La combinación de contraseñas robustas, códigos de seguridad complementarios y autenticación biométrica aumentan el nivel de protección y reducen significativamente la exposición al hackeo.
