E l poeta Masood Khalili es el testimonio de la lucha contra el horror. Las secuelas físicas de quien hoy es embajador de Afganistán en España así lo atestiguan. En un remoto lugar de aquel país, en 2001, dos terroristas de Al-Qaeda que se hacían por periodistas, explotaron una bomba y acabaron con la vida del comandante Ahmed Shah Massoud, “el león del Panjshi”. Su íntimo amigo y asesor político, Massod Khalili fue el único superviviente de aquel atentado. Como consecuencia de aquella brutal agresión, Khalili está hoy ciego de un ojo, sordo de un oído y aún tiene metralla en el cuerpo.
Ambos luchaban entonces contra los talibán, aunque antes ya lo hicieron contra los invasores soviéticos. En esa lucha, en 1986, Khalili emprendió un viaje desde Pakistán por todo el país para organizaron la sublevación popular contra los invasores. Años después, Khalili, hijo del gran poeta persa y en dari Ustad Khalilullad, escribió “Los susurros de la guerra”, donde relata aquel viaje y reflexiona sobre la justicia, la pobreza o la soledad, una obra que acaba de editar Alianza Editorial y que ha traducido al castellano Fuencisla Gozalo Sanmillán, letrada e hija de abogado segoviano.
Ambos estuvieron ayer en Segovia para participar en “Razones Poéticas”, un ciclo organizado por la Academia de San Quirce y el campus de la UVa. El diplomático, momentos antes de participar en ‘el diálogo’ con la traductora de su libro, se mostró agradecido por la contribución del Ayuntamiento de Segovia para construir un colegio en Kabul, donde los niños aprenden castellano; y de los jóvenes soldados de las Fuerzas Armadas españolas que permanecen en su país para contribuir a la paz y combatir el terrorismo. “Hace un mes perdimos a dos policías españoles en Kabul, son héroes, de España y nuestros, no deberíamos permitir que su sangre sea olvidada”, apuntó el diplomático.
“Los susurros de la guerra”, según dijo, hace referencia a “los susurros de la gente más pobre del mundo en su guerra por la libertad”, apuntó Khalili, que animó a su lectura para que “se escuchen los corazones de aquellos que hoy sufren en el mundo”.
El diplomático aseguró que los talibán, Al-Qaeda y ahora Daesh “están tratando de aterrorizar al mundo y también a Afganistán”. “Espero que no logren que volvamos a tiempos anteriores, no es fácil, pero no es imposible, están equivocados y mi gente tiene la razón, hemos conseguido muchas cosas en los últimos quince años gracias a la ayuda de la OTAN que no deberíamos perder”, afirmó el diplomático.
En cuanto a la intervención internacional en Afganistán, Khalili aseguró que “se está haciendo bien, con buena intención, pero no es suficiente”; señalando que es necesario que permanezcan las fuerzas internacionales para aumentar la seguridad. “Quieren aterrorizarnos, pero no podemos permitir que el terrorismo salga vencedor, la seguridad debe volver y creo que lo vamos a conseguir”, apuntó.
Preguntado por el hecho de que el foco de atención internacional se centre ahora en Siria en lugar de en otras zonas en conflicto, caso de Afganistán, el diplomático apuntó que “no hay duda de que el problema sirio es muy serio, mucho más que el de Afganistán, están matando a millares”. No obstante, reiteró que Afganistán “todavía no tiene seguridad, se está trabajando duro contra el terrorismo, los propios afganos con ayuda intencional, especialmente de fuerzas de la OTAN, que ha perdido 4.000 jóvenes en mi país”.
Además de la conversación entre Khalili y Fuencisla Gozalo, directora de la Fundación Cometa, el público asistió a una lectura d poemas del libro a cargo de los estudiantes del campus de la UVA de ascendencia árabe Mohammed Sainy Sabil y Yasmina García Saada. Al acto, que concitó una nutrida asistencia, acudió la alcaldesa, Clara Luquero, y la edil de Cultura, Marifé Santiago.
