El ambiente taurino volvió por una noche a Cuéllar con la celebración de las Jornadas Taurinas de la Peña Taurina El Encierro. Como explicó su presidente, Francisco Salamanca, estaban previstas para el mes de noviembre, “pero llegó ómicron”; la idea es que después de estas jornadas, se recupere la fecha original de las mismas. El invitado de ayer fue Manuel Vázquez Gavira, titular de la ganadería Condessa de Sobral, conocida en la localidad por el buen sabor de boca que ha dejado los años que ha participado en los festejos. “Me encanta venir a Cuéllar, tengo muchos amigos aquí, veo muchas caras conocidas”, comenzó diciendo el ganadero, que en todo momento reconoció el vínculo con la villa.
El ganadero comentó por encima la historia de esta ganadería, con más de 120 años de antigüedad y en cuyos orígenes reinó la casta Jijona. En 1956 la adquirió Diego de Alfonseca Passanha, del que pasará, a través de su hija, a su nieto, Joaquín Sobral, que introdujo cuatro sementales de ‘Torrestrella’. Álvaro Domeq Romero, siguiente regente, elimina la sangre Jijona e introduce más vacas y sementales de ‘Torrestrella’. En 2015 entra en juego la familia Vázquez Gavira, que se hace con el hierro y los animales; ganaderos “de toda la vida, aunque de manso”, a partir de ese momento aprenderían a amar al ganado bravo y tratarlo “como nos gusta, con cuidado, para crear afición y mantener esta empresa familiar”.
Así lo reconoció Manuel Vázquez Gavira, que habló de su llegada ante un encaste que no conocían y la generosidad con que Álvaro Domecq los ayudó a continuar. Vázquez destacó la celebración de tentaderos y su importancia, y cómo, libretas en mano, suele apuntar cada movimiento y comportamiento de sus animales.
A la hora de hablar de Cuéllar todo fueron alabanzas; asegura y bromea “aunque va a parecer peloteo”, que desde que pisó Cuéllar en 2016 todo sirvió para abrirse camino en España, ya que su ganadería es mucho más conocida y aclamada en Portugal. Tras una novillada en Pedrajas de San Esteban llegó la de Cuéllar, triunfadora y destacada, como las sucesivas de sus reses en la localidad. Fue entonces cuando el ganadero, en esta charla distendida, habló de las posibilidades de volver este año “si todo va bien”. Reconoció que hay diez animales reservados “y si hay suerte, estaremos aquí otra vez”, lo que deja claro que las tramitaciones con el equipo de Gobierno están en proceso.
A falta de una confirmación oficial y dados los buenos resultados de los animales de Condessa de Sobral en años anteriores, todo parece indicar que los Torrestrella de Portugal volverán a pisar las calles y el coso cuellarano. El ganadero reconoció la satisfacción de ver a sus animales en el encierro, aunque también el miedo de la primera vez; sin embargo, afirmó confiar en el buen hacer de los mayorales que encabestran a las reses durante meses antes.
Los toros de Condessa de Sobral conocen lo que es moverse a caballo, como se pudo ver en la pieza audiovisual que compartieron con el público. Además, Vázquez comentó que esta es una práctica habitual en los campos de su ganadería, y que meses antes de los encierros se ha hecho hincapié en la respuesta de los animales con el caballo moviéndolos juntos día sí y día no, antes del embarque hacia las fincas de encabestramiento.
El ganadero mostró en esta charla su comodidad en tierras cuellaranas, a las que confesó tener cariño y de las que está agradecido por la proyección que le ha reportado. Para los cuellaranos, el recuerdo de las reses de Condessa de Sobral está en encierros pero, sobre todo, en novilladas como las de 2016 o 2018. Por ello, Manuel Vázquez Gavira recibió la doble mención especial a la mejor novillada en esos dos años. Mucho después de lo que hubiera deseado todo el público por la pandemia, el ganadero recibió una escultura de manos del presidente de la peña taurina.
Así concluyó esta velada en el Palacio de Pedro I, con un nombre casi asegurado para los próximos festejos de agosto, y las ganas de volver a ver a estas reses por las calles de Cuéllar y en la propia Plaza de Toros.
