En la mayor parte de las parroquias de Segovia, la jornada de ayer fue una de las más importantes del año, al recibir en sus muros a decenas de niños y niñas que, vestidos con sus mejores galas, se acercaron ayer hasta el altar para recibir por primera vez el sacramento de la Eucaristía. La Primera Comunión es para muchas familias un reto económico y social que afrontan con la mejor voluntad, aunque la crisis ha obligado a recortar muchos de los gastos e intentar hacer «más con menos».
El traje de comunión, el banquete, los recordatorios, las fotografías, los vestidos de padres y hermanos… son capítulos que se sitúan en el «debe» de las economías familiares en estos días, conscientes que en el apartado de «haber» los recursos son muy limitados.
Según un estudio realizado en más de una veintena de capitales españolas por la Federación de Consumidores y Usuarios Independiente (FUCI) el principal gasto de esta celebración es el banquete que supone más de la mitad de la factura total. Así, el estudio señala que el gasto para una comunión con una media de 30 invitados varía en función del restaurante y menú elegido, situándose el coste por invitado entre los 40 y los 60 euros.
Respecto a la vestimenta, el traje de un niño oscila entre los65 y los 160 euros, mientras que el de una niña puede llegar a costar 225 euros. A este importe hay que sumarle además los complementos que a duras penas bajan de los 120 euros.
FUCI contabiliza también los gastos derivados del reportaje fotográfico y/o de video, que junto la compra de losrecordatorios y obsequios para la familia pueden llegar a suponer otra importante cantidad que esta organización de consumidores sitúa entre los 238 y los 630 euros.
De este modo, los gastos de esta celebración oscilan entre unos 1.775-3.113 euros, siendo la media de 2.412 euros. Por sexos apenas hay diferencias siendo el gasto para niño de 2.366 euros y de 2.457 para niña.
Alternativas
Las familias segovianas han aguzado el ingenio a la hora de sostener el gasto en comuniones, y recurren a iniciativas propias para tratar de paliar el quebranto que supone una Primera Comunión en la economía familiar. Así, hay familias que optan por reducir a lo imprescindible el número de invitados para celebrar un almuerzo en su propia casa para familiares muy directos y después ofrecer un pequeño ágape a amigos y conocidos. En cuanto al traje, los alquileres e intercambios se han convertido en una alternativa a la compra sobre todo en el caso de las niñas, ya que el traje de los niños ofrece muchas más posibilidades de uso dadas sus características.
Para ahorrar gastos en recordatorios y fotografías, las familias recurren al apoyo de amigos y familiares y recopilan las fotos tomadas durante la ceremonia para elaborar un pequeño álbum que complementa las fotos oficiales que el profesional toma a lo largo de la ceremonia.
Desde la FUCI, se recomienda que las familias aborden los preparativos de la Primera Comunión con «cabeza», y sugiere «huir de despilfarros innecesarios que convierten este acto íntimo en un acontecimiento social de exceso de consumo, gastando a veces más de lo que nuestro bolsillo nos permite».
