El Barcelona reanudará hoy, con el partido ante la Real Sociedad, su carrera al título después de vivir una semana entre el orgullo golpeado, la nostalgia y el anuncio de despedida de un miembro histórico de la familia azulgrana.
En apenas dos días, el equipo catalán ha visto cómo se le complicaba el panorama en los cuartos de final de la Copa del Rey, Pep Guardiola, el padre del éxito actual, se confirmó como el próximo entrenador del Bayern Múnich, y Víctor Valdés, dueño de la portería en los últimos 10 años, anunció el fin de su relación con el club.
Tras el sorpresivo empate por 2-2 contra el Málaga en la Copa, el líder volverá al trabajo en la competición liguera, donde ostenta una ventaja más que considerable en lo más alto de la tabla.
El conjunto de Tito Vilanova buscará su décimo novena victoria en 20 encuentros y, al menos, mantener los 11 puntos de distancia respecto al Atlético y los 18 respecto al Real Madrid.
Sin embargo, el técnico, en su habitual rueda de prensa, no confirmó si guardará a algunos de los titulares habituales de cara al encuentro del próximo jueves contra el Málaga en La Rosaleda, donde el Barcelona tendrá que ganar o conseguir al menos un empate a tres goles para seguir con vida en el torneo del KO.
«El resultado ante el Málaga no modifica nada nuestra preparación. Tenemos cinco días para recuperarnos, que para estos jugadores es tiempo suficiente. La Liga no está cerrada», añadió Vilanova.
Respecto a la plantilla azulgrana, la única duda radica en Villa, que sufre una elongación en el bíceps femoral de la pierna derecha.
Enfrente estará la Real Sociedad, que apenas ha ganado un partido de los últimos cinco encuentros. Su entrenador recuperará a Íñigo Martínez, Míkel y Daniel Estrada, que no pudieron jugar la semana pasada por acumulación de tarjetas.
Al margen de las cuestiones puramente deportivas, Tito Vilanova también se refirió al hecho de que Víctor Valdés comunicara al club su intención de no renovar más allá de junio de 2014, y pidió, ante todo, «respeto» para el portero pese a que su intención era que continuaría, y negó estar «decepcionado» por su decisión.
«Se demuestra que no soy adivino. Sabía que el club iba a hablar con él porque querían renovarlo, le veía contento y mi sensación es que iba a seguir, pero no estoy decepcionado», manifestó.
El técnico, calmado pese al revuelo mediático, aseguró que lo primordial es tratar bien al arquero y ayudarle a que siga jugando al máximo nivel. «Me gustaría que respetáramos su decisión, cada uno es libre de trabajar donde quiera. Es nuestro portero y mientras esté con nosotros tenemos que ayudarle como hasta ahora. Sería bueno que tuviera una buena salida del club, lo merece por lo que ha dado al Barcelona todos estos años», sentenció.
