No existe una dicotomía entre el campo y la producción de energía eléctrica de origen fotovoltaico. Los agricultores pueden pasar de cobrar 300 euros por hectárea a percibir una rentabilidad de hasta 2.000 euros. La energía solar no es un problema para el campo segoviano sino una oportunidad. El cereal, la vid y el arbolado, pueden intercalarse con los paneles solares, al igual que los terrenos pueden servir de pasto a los rebaños de ovejas.
La agrofotovoltaica, la combinación efectiva de la generación eléctrica de origen fotovoltaico y la agricultura sostenible, es posible, y con ello la mejora de la productividad y la economía agraria. Ante la crisis climática y el calentamiento global, los proyectos de producción de energía eléctrica de origen fotovoltaico han demostrado su viabilidad y rentabilidad, según el reciente Informe de Bioagricultura en España, además de aumentar en un 30% el valor económico de la tierra. Por otra parte, se consigue una rentabilidad a largo plazo, junto con la mejora del medio ambiente y el incremento de un 70% de la productividad de la tierra.
De esta forma se genera una doble fuente de ingresos para el titular de la tierra, la derivada de la explotación de la tierra y la procedente del alquiler del terreno a la industria fotovoltaica. España cuenta con 25,5 giga vatios (GW) y deberá tener 76 giga vatios (GW) en 2030 de origen fotovoltaico, una producción que ocuparía el 0,2% de la tierra agrícola en España (para generar un megavatio –MW- en agrofotovoltaica se necesitan dos hectáreas de terreno).
Es necesario por tanto estudiar los cultivos propicios para combinarse con la implantación de placas solares en los terrenos agrícolas. Por ejemplo, podemos citar el proyecto Alhendin (en Granada), un parque de 56% MW, está situado en un campo de cereal, de la firma alemana Bay Wa.r.e. Donde se crea un equilibrio entre la regulación agraria y la energía de generación fotovoltaica, lo que constituye un proyecto viable también en Segovia.
Será necesario el establecimiento de un marco normativo adecuado y la creación de un programa de ayudas públicas a la bioagrovoltaica que se complemente con las ayudas directas de la Política Agraria Común. La instalación de hileras de paneles solares en paralelo a los cultivos, garantiza que el 85% de la explotación del terreno se destine a fines agrícolas (cereales, patata, colza). España cuenta con 50,6 millones de hectáreas, de las cuales 23,8 millones tienen un destino agrícola y 7,1 millones a la ganadería. Además España es el segundo país europeo con más superficie agrícola y cuenta con la mayor cantidad de horas de sol al año, entre 2.000 y 3.000, lo que constituye una clara ventaja respecto de los países del norte europeo.
La agricultura segoviana en definitiva puede así obtener una fuente importante de ingresos compatibilizando la actividad agrícola con la generación de energía eléctrica de origen fotovoltaico en unas mismas parcelas, lo que requerirá la modificación de la normativa de autorización de este tipo de instalaciones y de los requisitos para acceder a las ayudas comunitarias. Una producción de energía eléctrica de origen fotovoltaico que puede ayudar a fijar población en el medio rural segoviano al mismo tiempo que posibilitar un aumento de la rentabilidad del agro de nuestra provincia.
