La empresa pública Tragsa inició el lunes la retirada del vertido petrolífero de La Lora y los terrenos contaminados, tal y como recoge Diario de Burgos en su edición de ayer. De esta forma, comienzan las labores sobre el terreno para retirar el vertido de miles de litros de parafina que desde hace más de tres meses contamina el entorno y la flora y fauna de Ayoluengo, y supone un “grave peligro” para el medio ambiente, según reconoce el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
Los trabajos se prolongarán durante un tiempo indefinido, e incluirán también la retirada de los suelos afectados, aunque no la de los tres depósitos, que al parecer van a permanecer en el mismo lugar, aunque vacíos, según recoge el citado periódico. Tal y como recuerdan, el Consejo de Ministros acordó el 11 de junio la toma de razón “de la declaración de emergencia de la ejecución de las actuaciones necesarias para el control y la gestión del vertido” de La Lora con un presupuesto de un millón de euros, aunque el coste final se desconoce y se prevé que pueda ser inferior, según fuentes del Miteco, puesto que los trabajos se abonarán contra factura.
Junto a técnicos y operarios de Tragsa, que en las últimas semanas han realizado varias visitas a la zona, desembarcaron tres camiones cisterna de Agaleus y Quimycat, empresas con sede en el País Vasco. Ataviados con trajes y máscaras de protección frente a riesgos químicos, los técnicos y operarios rodearon el perímetro de la balsa con cintas e introdujeron en ella una bomba de extracción para comenzar a retirar el vertido.
Según recoge Diario de Burgos, pese a que el Miteco no ha facilitado datos exactos sobre la cantidad vertida, se calcula que de los tanques han podido salir entre 10.000 y 20.000 litros de parafina, un derivado del petróleo que desde 1964 y durante 50 años se extrajo en el Campo de Ayoluengo. Tampoco se ha aclarado si el siniestro fue accidental o por negligencia o vandalismo, aunque indican que todo apunta a una acción humana consciente. Señalan así que, posiblemente, alguien accedió a las instalaciones, que carecen de vigilancia, semanas antes de que este periódico informara del suceso (principios de abril), y procedió a abrir la llave, sin luego volver a cerrarla.
Los tres tanques afectados se encuentran en el extremo sur del campo de La Lora, próximos al pozo número 28, hacia la localidad de San Andrés de Montearados y muy cerca del arroyo del Rebollar.
