El Gobierno colombiano está estudiando llevar ante la ONU la crisis desencadenada por la decisión de Venezuela de cerrar la frontera después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) no accediera a mantener una reunión al respecto y de que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) aplazó la que iba a celebrarse.
Así lo indicó la canciller colombiana, María Ángela Holguín, que expresó el malestar de Colombia con la decisión de la OEA, cuya razón de existir puso en duda. “Ha sido un atropello tan grande que Colombia no puede quedarse con una negativa de una reunión de cancilleres”, afirmó.
Según Holguín, el Gobierno colombiano tiene que “insistir” y por eso le pidió a la embajadora ante la ONU, María Emma Mejía, que inicie gestiones con el secretario general, Ban Ki Moon, para llevar el caso a este organismo.
Respecto a la decisión de la OEA, consideró que “desafortunadamente perdió el continente” al no querer celebrar una reunión sobre Derechos Humanos y migrantes, “un fenómeno que no solo ocurre en Colombia sino que es un fenómeno que ocurre en muchas partes de la región”.
Por ello, sostuvo que hay que replantearse para qué está la OEA porque “si no es capaz ni siquiera de hacer un foro” sobre la violación de Derechos Humanos “uno se pregunta ¿esos foros multilaterales finalmente cómo es que logran tener decisiones que favorezcan a los países?”. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó el pasado 19 de agosto el cierre de dos pasos fronterizos con Colombia a raíz de un ataque en el que resultaron heridos tres soldados venezolanos, pero posteriormente ha ido ampliando la medida a otros pasos. El Gobierno venezolano achacó la violencia en la frontera a la presencia de paramilitares y bandas criminales dedicadas al contrabando que imperan en la zona fronteriza entre ambos países.
