Mientras el conflicto se recrudece en Siria, donde el Ejército tomó el bastión rebelde de Idlib, el grupo de Amigos de Siria se reunió nuevamente ayer para intentar encontrar una salida a la situación del país árabe. En la cita, celebrada en París, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clintón, advirtió de que Rusia y China «deben pagar un precio» por su apoyo al régimen de Damasco, al tiempo que pidió «a todas» las naciones que presionen a ambas potencias para que cambien su actitud sobre este asunto.
Mientras tanto, el presidente francés, François Hollande, reclamó la marcha de Al Asad y el endurecimiento de las sanciones contra el Ejecutivo árabe y anunció que el grupo incrementará las ayudas a la oposición al Gobierno.
Por otro lado, y ajeno a las críticas que está recibiendo, el propio Al Asad aseveró en una entrevista a un periódico turco que continuará con su ofensiva y saldrá triunfal. «Resistiremos hasta el final. Todo el mundo lo verá. No vamos a rendirnos por un par de dólares», remarcó.
