Después del magnífico concierto, el Martes Santo, de la voz de Marta Infante con Jorge Robaina al piano, en el que nos sorprendieron con las canciones solemnes de Brahms y con las canciones bíblicas de Dvorak, en unas versiones llenas de detalles y con un registro espectacular, la Semana de Música Sacra programó para su clausura, el Miércoles Santo, una de las obras más importantes en el género religioso del siglo XX, las visiones del Amén de Olivier Mesiaen para dos pianos.
Estuvo a cargo de dos grandes pianistas, Sophia Hase, a quien ya habíamos escuchado hace dos años con el cuarteto Ocean Drive en la Sociedad Filarmónica en un programa donde se lució con dos apasionados quintetos, el de Granados y el de Brahms; y Eduardo Ponce, pianista que hace poco ha grabado música del compositor castellano Olmeda, en concreto una obra basada en las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer.
Los dos pianistas introdujeron cuatro corales de Juan Sebastian Bach entre algunas de las siete visiones del Amén de Messiaen.
La obra presenta unas constantes en lo que es la producción del autor, profunda religiosidad, carácter espiritual de la creación, ornitología, profunda sensibilidad hacia la naturaleza y hacia Jesucristo como Dios creador.
También presenta otras características más particulares como son, una pasión por el color de los sonidos en una sinestesia cromática como la que había definido Scriabin y una riqueza de ritmo y armonía que la hacen esperada por el público cuando se programa.
La obra comienza desde un desorden como inicio de la creación y que, gracias a la armonía instaurada por el creador, llega a un estado de consumación que se asemeja a una transfiguración de todo el género humano con la visión de su Creador.
Hay momentos muy intensos, como en la cuarta visión del Amén, la del deseo, en que dos temas uno lento y tierno y otro muy sensual y carnal, en el que la influencia del misticismo castellano de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz se hace muy patente. El amor de Jesucristo y su amada, la Iglesia, que sigue las pautas del Cantar de los Cantares.
El carácter cíclico de la obra le da unidad perfecta y el uso de dos pianos le da una riqueza polifónica que le asegura profusión tímbrica y le dota de especialidad.
La versión ofrecida por el dúo Atlántis lució sentimentalidad y buen uso de los silencios, alejándose de la fría mecánica instrumental y llegando a una versión plena de esa musicalidad tan propia de Messiaen. También fue curioso el comentario que me hizo el maestro de críticos, Andrés Ruiz Tarazona, al final del concierto. Messiaen era un enamorado de la suite Iberia de Albéniz y en esta versión se escucha entre la partitura dicha veneración.
FICHA:
Intérpretes: Atlántis Piano Dúo. Sophia Hase, piano. Eduardo Ponce, piano
Obra de: Olivier Messiaen
Fecha: Miércoles 27 de Marzo de 2013.
Lugar: San Juan de los Caballeros
Organiza: Fundación Don Juan de Borbón
