UGT y CCOO se manifestaron ayer en toda España con motivo del Día del Trabajo para expresar su rechazo a la reforma laboral y a la política de recortes en la que «se ha empecinado» el Gobierno de Mariano Rajoy, al que advirtieron de que seguirán saliendo a la calle «hasta que esto acabe».
Durante la marcha, que comenzó bajo el sol y acabó con lluvia, y que congregó a 100.000 personas, según los sindicatos, se gritaron consignas en favor de una nueva huelga general -se rumorea que podría ser a finales de junio o principios de septiembre-, y transcurrió en un ambiente festivo y sin incidentes, aunque la climatología hizo que su recorrido fuera más rápido de lo normal. Con respecto al pasado domingo, la asistencia fue más numerosa, entre otras cosas, porque el de hace tres días fue un pinchazo -como reconoció Toxo al día siguiente-, si bien en este día tan señalado, también los números fueron menores respecto a otros años.
Bajo los paraguas sobresalían las banderas rojas y blancas de los sindicatos, y de la República, así como pancartas caseras en las que se podían leer frases como: Tarifazos mil al pueblo servil, No nos callarán, Eurovegas estatal es la reforma laboral, Sobre la ley, o Contra los recortes, movilización.
Los manifestantes, entre los que se encontraban algunos trabajadores de Unilever Aranjuez, llegaron a la Puerta del Sol poco antes de las 13,00 horas, momento en el que comenzaron los discursos de los dirigentes sindicales, teñidos de críticas a Rajoy y también a la presidente de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Durante su intervención en la Puerta del Sol, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo advirtieron al Ejecutivo de que «no van a olvidar lo que ha hecho» y de que los sindicatos van a seguir expresando en la calle el rechazo a sus medidas con «todas sus fuerzas» y aunque «se pretenda imponer la Ley del Silencio». «Seguiremos manifestándonos pacíficamente y de manera multitudinaria», aseguró el líder de UGT, que arremetió contra la reforma laboral, por cuanto supone imponer en los mismos derechos laborales que en China. «Y eso no lo vamos a consentir», insistió .
Méndez aseguró que a los sindicatos «no los van a callar» y criticó al Gobierno por «despreciar» el diálogo y por querer «imponer una revolución ultraliberal en los derechos sociales y una ultraconservadora en los civiles». «Y nosotros procuraremos impedirlo», subrayó.
Por su parte, Toxo destacó que un millón de personas habían salido a las calles en toda España para defender sus derechos y decir no a los recortes de Rajoy. Tras apelar a la solidaridad de los pueblos y defendió el 0,7% a la cooperación y el desarrollo, recordó que son miles los trabajadores que ven amenazados sus empleos por la reforma laboral «que hay que impedir que se consolide».
¿Dónde estaba Corbacho?.- En la marcha del Primero de Mayo estuvieron presentes destacados dirigentes socialistas y, sobre todo, dos ministros de Trabajo de Zapatero que, al menos en el caso de uno -Valeriano Gómez-, no se fue del Gobierno con un balance muy satisfactorio. El otro, Jesús Caldera, sí que comandó esta difícil cartera en una época de vacas gordas, por lo que sí que pudo salir de ahí triunfante.
No obstante, se percibió la ausencia de un hombre que tuvo que bailar con la más fea, que no dejó de recibir palos desde la oposición y desde su propio equipo, con lluvias de desmentidos: Celestino Corbacho. Sacar el apellido del exalcalde de Hospitalet ante los sindicatos es poco menos que mentar a la bicha, algo a todas luces injusto, ya que, a pesar de que con él llegó la subida de la edad de jubilación a los 67 años y más medidas impopulares, no estaba solo… j.m.f.
