De creer al CIS, que ayer, primer día de la campaña de las autonómicas catalanas, dio a conocer un sondeo sobre la intención de voto de los ciudadanos de la región mediterránea, CiU se impondrá en las urnas con claridad el día 28, aunque sin mayoría absoluta.
Los nacionalistas, que catalizarán el descontento generado por el fracaso del Gobierno tripartito liderado por los socialistas, se harán con un 38 por ciento de los votos y 59 escaños en el Parlamento autonómico, 11 más de los que tienen en la actualidad, pero distanciados en nueve de la mitad más uno de la Cámara. El PSC de Montilla se hará, siempre según la prospección del instituto público, con el 22,7 por ciento de los sufragios, que traduciría en 33 parlamentarios.
ERC, que perdería entre cinco y seis escaños, sería la tercera fuerza más votada, con el 10,2 por ciento, mientras que el PP, que cosecharía el 9,7 por ciento de los votos, mantendría su representación actual y 13 ó 14 escaños. ICV, la sucursal catalana de IU, con un 8,2 por ciento, perdería un diputado para quedar con 11. Ciutadans -C’s- mantendría sus tres parlamentarios, con un 3,5 por ciento del pastel electoral.
Si tales vaticinios se convierten en hechos, el actual tripartito, compuesto por PSC, ERC e ICV sería del todo inviable, ya que la suma de todos sus escaños se quedaría lejos de la mayoría absoluta de un Parlamento que cuenta con 135 plazas.
Sin embargo, sería viable la tan rumoreada como repudiada alianza de CiU con el PP, que bastaría para garantizar el control del Legislativo regional. No obstante, siempre según los resultados divulgados por el CIS, son más los ciudadanos que prefieren un Ejecutivo formado por CiU y el PSC (así lo dice el 22,9 por ciento de los encuestados) o por CiU y ERC (el 21,6 por ciento), mientras que a un 13,3 por ciento le gustaría un Gabinete integrado por CiU y PP y solo al 12,6 le satisfaría la reedición del actual tripartito.
La encuesta, realizada a 2.966 personas entre el 15 de octubre y el 4 de noviembre, refleja que el candidato más valorado por los catalanes es el presidente de CiU, Artur Mas, quien, con un 5,33 sobre un máximo de 10 puntos, es el único líder que aprueba.
A continuación le sigue el aspirante de ICV, Joan Herrera (4,53), por delante del actual presidente de la Generalitat y cabeza de lista del PSC, José Montilla, que se queda en 4,37.
Bastante por debajo se sitúa el abanderado de ERC, Joan Puigcercós, con 3,89; seguido de Albert Rivera, de Ciutadans, con 3,02, y de la popular Alicia Sánchez-Camacho, que queda en un 2,42.
Fue precisamente la conservadora la única que ayer planteó alguna propuesta novedosa al garantizar que, si el PP es decisivo tras las elecciones, obligará a que se destine el 10 por ciento de los ingresos que la Generalitat obtenga a través de los bonos patrióticos -una emisión de deuda pública a un interés mucho más alto que el del mercado- a incrementar en 240 euros anuales las pensiones en Cataluña.
Junto a la aspirante conservadora estuvo ayer en Lérida la número dos popular, María Dolores Cospedal, quien confirmó que la propuesta de que los inmigrantes que carezcan de empleo y de medios para sostenerse vuelvan a su país transcurrido un tiempo, una de las bases del programa del principal partido de la oposición en Cataluña, forma también parte del ideario nacional del PP.
