Los vecinos del barrio de La Albuera y los feligreses de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen unieron ayer devoción, fe y recuerdos para participar de forma multitudinaria en el acto central de la conmemoración del 50 aniversario de la inauguración de la iglesia parroquial, que el 16 de julio de 1965 abría por primera vez sus puertas a los vecinos tras su consagración. Las paredes del templo que hace medio siglo consagrara para el culto el entonces obispo Daniel Llorente se llenaron ayer de centenares de vecinos del barrio y devotos de la Virgen del Carmen que tomaron parte en la misa solemne de la festividad de la patrona del barrio, presidida por el obispo de Segovia César Franco Martínez y concelebrada por media docena de sacerdotes, entre los que se encontraban el actual párroco Hipólito Prieto y los presbíteros que han desarrollado su labor pastoral en el templo a lo largo de su historia.
El calor ambiental no desmereció la emoción y la solemnidad de la celebración eucarística, en la que también estuvieron presentes una amplia representación de las autoridades municipales, que contó también con la participación del coro parroquial con canciones en las partes más fundamentales de la celebración.
En su homilía, el obispo César Franco quiso destacar la importancia de la Virgen María por encima de advocaciones y devociones particulares, y aseguró que su figura «es la de la historia y la del futuro de la Iglesia, por engendrar en su seno al Hijo de Dios». Asimismo, señaló que su grandeza «viene dada por su compromiso con la voluntad de Dios», e invitó a los feligreses de la parroquia a incorporarse por medio de María «a la familia de Cristo, y por su medio, engendrar a Cristo en los demás».
Antes de concluir la celebración, José María Gutiérrez dio lectura en representación de la parroquia a una carta dirigida a la virgen en la que , con indisimulada emoción, repasó la historia del barrio vinculada a la parroquia e hizo votos para que la virgen siga manteniendo y cuidando a los vecinos del barrio.
Posteriormente, tuvo lugar la procesión por las calles del barrio donde la virgen del Carmen fue transportada en su carroza acompañada por centenares de personas y por la música de la dulzaina y el tamboril.
A su regreso al templo, la imagen de la patrona fue recibida con el cántico de la Salve y el Himno a la Virgen de la Fuencisla.
Los actos concluyeron con un aperitivo servido por los jóvenes de la parroquia, que también ofrecieron al público las ya tradicionales «Rosquillas del Carmen», cuya venta fue destinada a sufragar los gastos de su participación en la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar el próximo año en Cracovia (Polonia)
Todos con la Virgen.-La misa solemne y la posterior procesión por las calles del barrio dejó patente la intensa devoción que la parroquia del Carmen profesa a la virgen, que fue acompañada por las calles por centenares de personas. La carroza sirivió también para que decenas de niños y niñas tuvieran un recuerdo imborrable al sentarse a los pies de la virgen, adornada por hermosos centros florales.
