A Germán Cid Camacho le acaba de cambiar la vida. El árbitro segoviano, que con 36 años se ha pasado una docena de ellos dirigiendo partidos en la tercera categoría del fútbol español, diez en la Segunda B y dos en la Primera RFEF, le ha llegado el ascenso al fútbol profesional en un momento de madurez personal que le lleva a pensar que “aunque me hubiera gustado que llegara antes, porque he estado acariciándolo en las últimas temporadas, lo que realmente importa es que finalmente ha llegado. El resto pasa a segundo plano”. El primer árbitro de fútbol profesional de Segovia pasa revista a su deporte.
P. Más de 150 partidos pitados en Segunda División B. No sé si hay muchos árbitros que tengan ese número de partidos dirigidos en esa categoría.
R. No tenía el dato pero sí sabía que los 150 tenía que rondar o superar. Por número de temporadas sé que hay varios compañeros que han estado más, e incluso algunos siguen activos con más temporadas que yo en la tercera categoría. La verdad es que es un número muy considerable.
P. ¿La Primera RFEF es una categoría profesional en lo que al arbitraje se refiere?
R. Es una categoría que está un poco a caballo entre la profesionalidad y la no profesionalidad. La exigencia es máxima a nivel arbitral, porque están clubes históricos como el Deportivo de la Coruña, el Córdoba, ahora el Recreativo de Huelva, el Málaga que ha bajado este año… hay equipos que son absolutamente profesionales. Pero nosotros no somos profesionales aunque la exigencia es prácticamente la misma que en el fútbol profesional. Tienes que trabajar y al final son dos ámbitos, el laboral y el deportivo, que exigen mucho, tienes que dedicarle muchas horas a entrenamientos, viajes y formación y es complicado. Sobre todo, estas últimas temporadas que ya se ha elevado todavía un poquito más el nivel.
“En la Primera RFEF la exigencia arbitral es máxima, pero no somos profesionales, algo que sí pasa en Segunda División”
P. Hablando de presión, es evidente que la tiene un jugador, pero también el árbitro que se está jugando un ascenso.
R. También, pero al final eso lo tienes que enfocar como una responsabilidad otorgada. Te han concedido ese reconocimiento y confían en ti como para dirigir esos partidos importantes para ti, pero para los equipos también, que se están jugando ascensos y descensos con todo lo que conlleva económicamente. En nuestro caso, después de toda la temporada se elabora la lista de los árbitros que van a participar en esa fase de ascenso, y la verdad es que son días que estás esperando con impaciencia para ver si realmente estás en esa lista. Una vez que estás, debes focalizarte en tu partido cuando ya sabes cuál es, y prepararlo de la mejor manera posible para dar todas las garantías que merece un encuentro de esa importancia.
P. ¿Cómo se prepara un partido de una fase de ascenso?
R. De una manera no muy diferente a cualquier partido de la liga regular. Al final, una vez que sabes los equipos que vas a dirigir, te centras en analizar esos últimos encuentros que han jugado los equipos. Puedes mirar algo de estadística, o intentas visualizar los partidos completos o aspectos determinados, cómo sacan los corners, cómo sacan el balón jugado desde atrás, la manera de presión que tienen cuando pierden el balón… diferentes aspectos deportivos. Al igual que hacen los equipos lo hacemos nosotros, y lo único que puede cambiar de estos partidos es que si tienes que dirigir un encuentro de vuelta, tienes la opción de ver el de ida que se ha jugado una semana anterior, algo que te ofrece mucha información sobre los equipos que vas a dirigir.
P. ¿Es de esperar que después de tantos partidos dirigidos, el árbitro ya se empieza a conocer a los jugadores?
R. Sí. Al final el conocimiento de una categoría o de un club o un jugador siempre te da esa información extra que a la hora de afrontar el partido te beneficia. De todas formas, muchas veces una buena cualidad de un árbitro es, en los primeros minutos de partido, saber ubicar a todos los jugadores, saber cuál es el jugador por el que pasa el juego siempre, ese que a lo mejor puede ser un poco más conflictivo, el que lleva los galones del equipo y que en un momento dado te puede ayudar a manejar a sus compañeros.
P. Siendo un deportista, habrá partidos de los que haya salido muy satisfecho, y otros…
R. Por supuesto, negar que los árbitros nos equivocamos como lo hace cualquier otra parte del estamento futbolístico es engañarnos. Nosotros cometemos errores, afortunadamente no son muchos y pueden ser en jugadas no determinantes, pero hay otras ocasiones en las que erramos en acciones trascendentales como puede ser una jugada de área, un penalti, una expulsión, una amonestación que conlleve una sanción… y lógicamente hacemos autocrítica. Igual que hacemos un análisis previo, analizamos nuestra propia actuación una vez finalizado el encuentro. Mediante un autoanálisis vemos todas las jugadas relevantes del partido comprobamos el acierto y el error, y cómo hacer para seguir manteniendo esos aciertos y subsanar los errores en ocasiones futuras.
“Durante la semana posterior a un partido analizamos todas sus jugadas relevantes para valorar los aciertos y los errores”
P. (…)
R. Por ejemplo, tú te equivocas en un penalti y decir que te has equivocado es muy fácil de ver. La cuestión consiste en analizar por qué te has equivocado. Podías estar situado en otra posición que te permitiera ver mejor la acción, haber anticipado la jugada, haber focalizado en otro lugar donde se podía desarrollar la incidencia. Ahí es donde está nuestro trabajo posterior al partido.

P. Ha llegado el VAR para quedarse. ¿Es una herramienta que se puede mejorar más?
R. Seguro que sí. Cualquier cosa se puede mejorar más, y más una herramienta como es el VAR que lleva dos días, es lo último que se ha implementado en el fútbol como en su día fueron los comunicadores o antes los banderines electrónicos. Ha habido muchos crecimientos tecnológicos y el último y más grande desde luego ha sido el VAR, que ha mejorado muchísimo respecto a las primeras temporadas y estoy seguro de que lo seguirá haciendo. Es una herramienta muy útil para nosotros, ha llegado para quedarse y es mucho mejor que se quede porque al final ese error del que estábamos hablando antes y que puede ser determinante y te ibas a llevar para casa, con el VAR se subsana y tienes la oportunidad de aplicar la justicia en el campo.
P. ¿Es partidario de que en el VAR estén los mismos árbitros que una semana después pitan en el campo?
R. Ese es un debate que está ahí y es verdad que yo no me lo he planteado especialmente. Hasta ahora me había tocado un poco de lejos. Ambos perfiles tienen sus aspectos positivos y negativos. El árbitro que se dedica únicamente al VAR tiene mucha más destreza, más agilidad, es un experto en realizar actuaciones de ese tipo. Y en cambio, la persona que compagina arbitrar con las labores de VAR, tiene ese feeling que te da arbitrar en el campo.
En el caso de los árbitros específicos de VAR, han finalizado como árbitros de campo muy recientemente, y no han perdido todavía esa esencia de saber lo que es estar en un campo de fútbol.
P. ¿En Segunda cuenta con compañeros ‘fijos’ en las bandas?
R. Sí. Somos tres compañeros: Me acompañan Rubén Becerril que es compañero de Palencia pero reside en Bilbao, y el otro compañero esta temporada es Sergi López Freixa que es catalán.
P. Supongo que será importante hacer equipo para tener automatizadas algunas comunicaciones.
R. Totalmente, aunque al final todos trabajamos de una manera similar, porque hay veces que los compañeros pueden rotar en situaciones especiales. Por ejemplo, si yo voy a arbitrar a un equipo catalán, Sergi no podría venir y vendría otro compañero. Lo bueno es que como trabajamos de maneras parecidas, durante esa semana ajustaríamos aspectos para hacerlo lo mejor posible. Pero esa confianza de todos los días consigue que al final seamos casi una familia. Con muy poca información, o con una mirada, sabemos lo que el compañero nos está transmitiendo. El arbitraje en eso ha evolucionado mucho, antes era más individualista, el árbitro era el árbitro, el asistente tenía sus funciones y eran prácticamente independientes. Y había veces que “qué bien el asistente y qué mal el árbitro” y al revés. Hoy en día trabajamos por equipo y el bien del equipo tiene que ser común. No existe la individualidad.
“Hace veinte años el fútbol era menos de laboratorio y más de “vamos a jugar”. Ahora todo evoluciona muy rápido”
P. ¿El fútbol era más sencillo hace 20 años?
R. No lo sé. Era diferente desde luego. A lo mejor era menos de laboratorio. Era un fútbol más de “vamos a jugar” y todo estaba menos profesionalizado, empezando por los equipos y por supuesto el arbitraje. Había táctica, había técnica, pero yo creo que estos últimos años con tanta tecnología y análisis se está yendo con el bisturí hasta el último término. Yo hablo con directores deportivos que fichan sin haber visto un jugador. Solamente cogen la estadística y dicen, “éste es el futbolista que por el perfil que yo estoy buscando”, y a lo mejor no lo ha visto jugar. Todo está evolucionando muy rápido.
P. El año pasado, el espectador medio no tenía claro qué era mano y qué no lo era. ¿Al árbitro también le ha sucedido?
R. En el tema de las manos el problema es que hay una gama que son muy interpretables. Nosotros tenemos muy claro qué es mano y qué no es mano, y los equipos deberían saberlo también por las charlas de formación que hacemos en un esfuerzo por parte del comité y de la federación de acercar las reglas y las directrices arbitrales a todo el mundo y especialmente a los clubs. Ahí se deja muy claro lo que es mano y lo que no. ¿Qué pasa? Que entre una y otra hay una escala de grises muy grande y, llega un punto que en una posición es natural y otro es no natural. ¿Dónde está ese saltito que ya lo convierte de una cosa a otra? Ahí ya entra la interpretación y la valoración del árbitro.
P. Dejando aparte que hay jugadores que son muy listos y que saben dónde está la mano interpretada y dónde no lo está…
R. Sí, pero eso entra dentro de la inteligencia y el conocimiento de las normas, que es muy importante por parte de los jugadores también, para saber lo que le van a sancionar y lógicamente aprovecharse de ello.
P. De vez en cuando se echa de menos que el árbitro no salga a la palestra después de un partido para defender su posición.
R. Creo que el protagonismo pertenece a los auténticos protagonistas, que son los jugadores. No pasaría nada porque en un momento se explicara alguna situación, pero creo que la gente realmente conoce lo que es acertado y lo que no. Después está la interpretación de cada uno y en las ganas de querer verlo realmente aunque perjudique a los intereses de tu club.
“La gente sabe lo que es acertado y lo que no. Después están las ganas de querer verlo aunque perjudique a tus intereses”
P. Ha llegado a Segunda División, ¿siente que ese es su techo?
R. Para nada. Estoy muy contento deseando empezar y adaptarme a esta nueva categoría cuanto antes. Tengo muchas ganas de seguir mejorando y mucho hambre para alcanzar todas las cotas que sea posible.
P. Porque un árbitro se ‘jubila’ con 45 años, ¿cierto?
R. En primera División sí. Es verdad que ahora no existe una edad establecida, pero normalmente con esa edad se suele retirar un árbitro.
P. ¿Y el sueño es retirarse como se ha retirado Mateu Lahoz?
R. A nivel deportivo no cabe ninguna duda que habiendo sido árbitro internacional, habiendo participado en las competiciones más importantes, tanto en la Champions como un Mundial, poco más puede aspirar un árbitro.
P. ¿Usted es un árbitro que se relaciona mucho con los jugadores, dialoga mucho, o prefiere poner una distancia desde el principio?
R. No me gusta catalogarme o ponerme una etiqueta porque al final es verdad que no es lo mismo un partido que otro, una situación del partido que otra. Hay momentos en los que una pequeña conversación o una pequeña explicación con un jugador puede ser beneficiosa, y hay otros en los que lo que hay que cortar esa comunicación porque interesa que se juegue o veo que no va a prosperar, porque el jugador a lo mejor, por las revoluciones a las que se está, no me va a entender o no vamos a llegar a buen puerto.
Hay que tener capacidad de jugar con las dos cosas. Nunca he tenido problema en hablar con cualquier jugador que viene de manera correcta, pero siempre al servicio de lo que el partido y el fútbol demanden.
P. ¿Se van a ver prolongaciones mucho más largas esta temporada?
R. Van a ser todavía más largas, porque se incorpora a esos añadidos el tiempo que se utiliza en la celebración de los goles. Por cada gol aproximadamente se añadirá un minuto más, con lo cual nos vamos a presentar con descuentos muy altos, porque hay que sumárselo a los tiempos que se pierden por lesión de jugadores, por sustituciones, por la pausa de hidratación, por intervenciones del VAR que demoran la reanudación del juego… nos podemos encontrar descuentos de 8, 9 o 10 minutos sin ningún problema. Eso es lo que nosotros podemos hacer. Al final, los que realmente pueden cambiar esa dinámica son los equipos, imprimiendo más dinamismo al juego. Esto es algo que por consenso todo el mundo del fútbol debería querer modificar, porque nosotros no podemos hacer que ese juego sea más rápido.
P. Ha pitado muchos partidos amistosos de la Gimnástica Segoviana. ¿Hay ganas de que haya un equipo de Segovia que llegue un poquito más alto?
R. Para la ciudad sería un impulso genial que hubiera ese crecimiento deportivo y futbolístico, y que vinieran aquí a jugar equipos grandes de Primera y Segunda División sería fabuloso. Parece que ahora se están haciendo las cosas bien en el club y ojalá a medio plazo se consiga algún ascenso al fútbol profesional.
