Al igual que las órdenes económicas vienen de Bruselas, las instrucciones referentes a la política de Defensa están directamente inspiradas por EEUU, que, en última instancia, es quien decide dónde y cuando se despliegan las tropas españolas. Así, la ministra de Defensa española, Carme Chacón, tras recibir la certeza por parte del comandante en jefe de las fuerzas internacionales y de EEUU desplegadas en Afganistán, general David Petraeus, de que los planes de retirada se mantienen intactos pese a que la situación bélica se ha complicado sobremanera, declaró que la estrategia en el avispero asiático no ha cambiado y explicó a las tropas que «no estamos en Afganistán para quedarnos; ni siquiera para decir a los afganos cómo tienen que vivir. Estamos aquí para devolver a los afganos un país con la autoridad y los instrumentos necesarios para la estabilidad, para que desde aquí ninguna organización terrorista pueda de forma impune sembrar el terror sobre el resto del mundo y los propios afganos», proclamó la socialista en lo que supuso una repetición mimética del catecismo oficial dictado por EEUU con la finalidad de erradicar el terrorismo global.
Actualmente, España tiene desplazadas en Afganistán a 1.330 personas, entre militares y guardias civiles, y se espera que para septiembre este contingente aumente hasta los 1.531 efectivos.
Precisamente justo a la vuelta del verano está previsto que se despliegue una unidad de formación de la Benemérita, lo que supondrá que en un año se pase de 52 instructores a más de 200.
Para poner punto final a su visita, e instantes antes de compartir almuerzo con las tropas, la ministra de Defensa descubrió una placa conmemorativa de la inauguración de la nueva base Ruy González de Clavijo, que tiene capacidad para acoger unas 1.300 personas. Su construcción ha costado 32 millones de euros y ha dado trabajo a casi 3.000 afganos.
Mientras, la antigua base, situada en el centro de Quala e Naw, pasará en octubre a manos de las autoridades locales.
Como detalle anecdótico cabe añadir que la ministra se presentó en la nueva base con una camiseta de la selección española de fútbol firmada por todos los jugadores y un vídeo con un mensaje de ánimo y reconocimiento a la labor por la paz de los uniformados grabado por los futbolistas.
