En la columna anterior, hace apenas dos semanas, nos hacíamos eco de gestas y hazañas deportivas que todos hemos vivido, en uno u otro lado, ya fuera como David o como Goliath. El deporte, en su intento de retorcer más las cosas aún, nos va a brindar unas semifinales de Copa del Rey de Fútbol únicas: Ninguno de los siete primeros clasificados en la liga podrán disputarla. Los pragmáticos ponen el grito en el cielo porque no podrán ver a ‘los cracks’ y abogan por retomar el formato anterior de doble partido, que si bien no aseguraría su presencia, les daría un comodín o bola extra ante un posible fiasco. Los soñadores, más identificados con los modestos, celebran ver sus equipos a un paso de la final con todo lo que ello conlleva.
Pienso que es genial que las imágenes de celebraciones abandonen Cibeles , Neptuno o Canaletas. Que San Mamés ruja y luchen con garras de Fierro hasta el último minuto como auténticos leones soñando con volver a ver la Gabarra navegando sobre la Ría de Nervión. Que los Txuri Urdines, en el año I de su recién estrenado estadio Anoeta (espectacular) puedan llegar a brindar ese merecido homenaje a las tardes-noches mágicas del vetusto Atocha donde el barro y el agua nunca fueron excusa para Arconada, Satrústegui, Zamora o López Ufarte.
Que la Alhambra vista sus mejores galas para ver desde el Mirador de San Nicolás al mejor Granada de las últimas décadas. Los nazarís ya se han permitido el lujo de hacer morder el polvo a más de un galáctico gracias a un gallego que no ha cumplido los 40 y que, desde el banquillo, ha sabido dotar de una mentalidad que los jugadores han sido capaces de comprender. Ese tipo de conexión puede llegar a envolver un ambiente de pura magia similar a la que desprende El Albaicín y ahí están los resultados.
El Mirandés ha apelado al “Espíritu de Anduva” para llegar a unas semifinales más que merecidas. Aún con el recuerdo del gran Pablo Infante saliendo a hombros en el 2012 tras eliminar al Espanyol de Pochettino (a doble partido), los 6000 espectadores soñarán despiertos con hacer historia llevando a su equipo a la final de La Cartuja.
Qué ruede el balón.
