El Colegio Claret de Segovia recuperó ayer sábado la tradicional paella con la que la comunidad educativa del centro se congrega para que familias, alumnos y trabajadores, tanto docentes como no docentes, compartan una jornada de confraternización y de intercambio de vivencias en el tramo final del curso.
Cerca de 800 raciones de paella se repartieron en este día de convivencia, en el que, además, se intercalaron otras actividades, como la Celebración Eucarística, los hinchables para los más pequeños o los “encarnizados” torneos de tute y mus, en los que, a la rivalidad habitual, se añade la propia de los enfrentamientos intergeneracionales que les otorgan un plus competitivo muy especial.
La reunión de la comunidad del Claret se desarrolló en su patio central hasta bien entrada la tarde para la mayoría de los asistentes.
Tuvo además un carácter solidario, ya que todos los beneficios de la misma van dirigidos a la fundación PROCLADE, para sus proyectos con los más desfavorecidos a lo largo de toda la geografía mundial.
