Ansioso y con ganas de disfrute, así se encontraba el público asistente a la Plaza de Toros de Cuéllar en la noche del sábado para sentir la música en vivo de nuevo. Alrededor de 700 personas accedieron al coso taurino para, puntuales, ver al grupo vallisoletano capitaneado por Jesús Cifuentes. La noche, totalmente veraniega, sirvió para revivir también el espíritu del Chocorock, concepto que desde la Concejalía de Cultura han dejado claro que se quiere recuperar y que esta ha sido la semilla para volver a ello en próximas ediciones.
El concierto comenzó con el saludo del cantante que reconoció “el gusto de volver a Cuéllar”, y recordó su anterior concierto varias décadas atrás. Tras una primera toma de contacto, los vallisoletanos presentaron un tema creado en 2020 y motivado por la salida de Trump, ‘Adiós Presidente’, canción que sirvió para seguir caldeando el ambiente. Las referencias a la tierra, a la igualdad, fueron la carta de presentación para uno de sus temas icónicos, ‘El emigrante’. “Todos somos una misma unidad de sentimiento”, reconocía Cifuentes.
Temas reconocibles por todos y algunos más nuevos fueron llenando una noche de música en directo ante un graderío bastante lleno y un ruedo con algo menos de público. La sorpresa de la noche la protagonizó el antiguo miembro de la banda y actual productor, Carlos Soto. El público respondió con vítores ante esta visita que retrotajo a todos a los inicios del grupo. Acompañado de su inseparable flauta y dotando al sonido de su mágico saber hacer, Carlos Soto acompañó a los Celtas en ‘La senda del tiempo’, para volver después en una de sus piezas más esperadas: ‘20 de abril’.
La velada se alargaba hasta pasada la medianoche cuando el público se levantó de sus asientos para disfrutar de pie, bailando desde sus posiciones en el tema de la despedida. El final llegó con ‘No nos podrán parar’, otro de los temas más aclamados por los asistentes y que han hecho historia de la música.
Durante toda la noche se respetaron las medidas covid tanto en el graderío como en el ruedo, donde el público aceptó la “nueva normalidad de los conciertos”, una realidad que pasa por disfrutar de la música sentados y evitar las aglomeraciones. A pesar de todo, los asistentes, muchos vecinos de Cuéllar y de la comarca, aprovecharon esta vuelta de la música en vivo para emocionarse con un grupo que siempre ha sido seguido desde la villa y que, décadas más tarde, ha vuelto para hacer vibrar con su música.
