Como en la mayoría de los pueblos de la provincia, en el municipio espinariego el mal tiempo deslució las celebraciones religiosas programadas al aire libre.
En El Espinar, las adversas condiciones meteorológicas obligaron a suspender la procesión de Viernes Santo. No obstante, en el interior de la iglesia de San Eutropio tuvo lugar un simbólico traslado de las imágenes, hasta ser colocadas en el altar, donde a continuación un grupo de jóvenes que este año recibirán el sacramento de la confirmación representó una escena evangélica. En ella, el Cristo articulado de la parroquia fue entregado a una mujer, que representaba a María. Y luego, la talla fue introducida en un sepulcro de cristal.
Mientras, en el núcleo de San Rafael, y a pesar de la nieve que caía, se optó por llevar a cabo la procesión, si bien por un recorrido más corto de lo habitual. Quienes decidieron acompañar a los pasos tuvieron que ir con paraguas para protegerse de los copos de nieve.