Participar como cofrade o penitente en una procesión, via crucis o estación de penitencia en Semana Santa va más allá de hacerlo como acto social. El fervor y la devoción hacia la imagen titular de hermandades y cofradías se simboliza a través de múltiples detalles que estas agrupaciones cuidan en extremo para expresarlo ante las miles de personas que les ven procesionar por las calles. Son precisamente esos detalles los que distinguen las celebraciones de Semana Santa de las de cualquier otro evento, y las cofradías cuidan con mimo que nada falle.
Para ello, la Junta de Cofradías ha hecho público a través de las redes sociales un catálogo de normas dirigido a las cofradías para garantizar el decoro y el respeto en las procesiones, común a todas ellas . Así, en materia de hábitos e indumentarias, la Junta recomienda seguir a rajatabla las normas en este sentido de cada una de las cofradías, así como emplear “un calzado clásico del color indicado, evitando tacones, deportivas o sandalias”.
Para los nazarenos, se estipula que lleven cubierto el rostro con el capirote tanto durante la procesión como antes o después de ella, por lo que se recomienda ir tapado ya desde casa. Del mismo modo, se les pide que eviten ir a bares vestido de nazareno o mostrando la medalla de la cofradía, ya que “la imagen que das no es personal, sino de tu corporación”.
Las recomendaciones van hasta detalles relacionados con la talla, señalando que el hábito “debe llegar a la altura de los tobillos, no más arriba”, y se exige que «el pelo o la coleta no debe asomar por debajo del antifaz del capirote”.
En cuanto al comportamiento durante la procesión, hay recomendaciones obvias como prohibir el uso del teléfono móvil o comer, beber, fumar o mascar chicle, así como el consumo de alcohol antes o después de la procesión. Durante el traslado, los cofrades deben guardar silencio, e indicar a la familia y amigos “que realizas una Estación de Penitencia, por lo que no deben distraerte ni acercarse a ti”.
Para los penitentes, la Junta de Cofradías recomienda que se porten cruces de medidas máximas de 2×3 metros y que no excedan los 35 kilos de peso, y no deberán llevar cadenas o elementos de arrastre. De igual modo, se exige que lleven cubierto el rostro con el caperuzo para preservar su identidad y guardar silencio en todo el recorrido, y las personas que deseen ir descalzas “lo harán bajo su responsabilidad”.
