La posible reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) sigue dando qué hablar. Ahora es CC OO quien muestra su rechazo a que dichas instalaciones vuelvan a estar en funcionamiento. Así, la organización sindical aseguró que «se niega a aceptar, ni sindical ni socialmente», la posibilidad de que se pueda anteponer la rentabilidad económica de las centrales nucleares a la seguridad de las personas y del medioambiente.
A su juicio, alargar la vida útil de las centrales debería estar condicionada a la seguridad, las inversiones, a plantillas estables y bien dimensionadas y al traspaso de conocimiento.
En este contexto, considera que el anuncio realizado por Endesa el pasado lunes es «sorprendente» ya que el mismo día se anunció que el personal de los reactores que son propiedad de Endesa (Ascó y Vandellós) estaban en huelga «al negarse la empresa a garantizar la estabilidad del empleo» y a cumplir con el Plan Procura, que le permitió mantener la actividad hace unos años.
Por eso, anunció que mantendrá «hasta las últimas consecuencias» la lucha que ha emprendido en las contratas de Trillo y Almaraz para evitar el «progresivo deterioro de las condiciones laborales de las plantillas» y que «dará la batalla» en el conflicto de Ascó y Vandellós para garantizar una energía nuclear segura y sostenible.
En cuanto a la posibilidad de extender la actividad de las plantas estima que sólo sería posible si se realizan las inversiones materiales y humanas necesarias y si se controla de forma continuada el funcionamiento de las plantas.
Por su parte, el alcalde de Vitoria, Javier Maroto (PP), mostró su rechazo a la reapertura de Garoña y aseguró que esta postura «coincide con la posición mayoritaria” de la ciudad. Maroto recordó que, en los últimos años, «se han dado muchas explicaciones para cerrarla y, después, explicaciones para reabrirla, lo que ha generado incertidumbre”.