El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha participado este miércoles en el acto de presentación del nuevo exoesqueleto pediátrico ATLAS 2030, que el Ejecutivo autonómico ha puesto a disposición del Hospital de León, y que se incorpora a los que ya están en funcionamiento en Salamanca, Burgos y Valladolid. Además, ha anunciado que, en el primer semestre de 2025, se implantará en el Hospital del Bierzo y de forma progresiva en el resto de provincias.
El objetivo, como ha indicado Fernández Mañueco, es dotar a toda la Comunidad de esta tecnología para la rehabilitación de niñas y niños con patologías neuromotoras, como la parálisis o el daño cerebral adquirido y, así, ayudarles a aumentar su autoestima y a vivir una vida plena.
El exoesqueleto ATLAS 2030, se adapta a cada niño para lograr un avance máximo en su rehabilitación. Además, facilitará el trabajo de rehabilitadores y terapeutas, y aumentará el bienestar de familiares y cuidadores.
En el caso del Hospital de León, 20 pequeños iniciarán próximamente este tratamiento, número que irá aumentando a medida que se amplíen las indicaciones.
Se trata de un modelo creado por Marsi-Bionics, una «spin-off» del Centro de Automática y Robótica, vinculado al CSIC, a partir de una investigación liderada por la ingeniera vallisoletana Elena García Armada, reconocida entre los 10 mejores científicos de España.
Fernández Mañueco ha señalado que esta adquisición supone otro gran avance del sistema sanitario de Castilla y León, posicionado entre los mejores de España, y ha recordado que es la Comunidad que más porcentaje de su presupuesto destina a la Sanidad pública, a la que el Gobierno autonómico está dedicando un esfuerzo inversor sin precedentes.
Exoesqueleto Atlas 2030
ATLAS 2030 dispone de ocho motores sensorizados que aportan movilidad a los niños de entre uno y 1,3 metros de estatura, que han perdido la capacidad de caminar debido a la debilidad o espasticidad muscular provocadas por lesiones cerebrales o medulares, u otras enfermedades neurológicas.
Este modelo sostiene al niño desde el tronco hasta los pies. Algunas de sus ventajas son que no requiere control torácico, se le puede añadir un sistema de sujeción de cabeza, y que está compuesto por ocho articulaciones activas que aportan movilidad total en todas las direcciones.
Las dimensiones del dispositivo son fácilmente ajustables al crecimiento del niño, y se coloca en unos minutos. Va acompañado de un marco auxiliar que se puede acoplar al exoesqueleto para garantizar la seguridad del paciente y aportar al niño la sensación de caminar por sí mismo, así como facilitar al terapeuta la posibilidad de interactuar con el paciente cara a cara, sin necesidad de mantenerse detrás sujetándolo. El exoesqueleto interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso.
Los diferentes estudios realizados hasta el momento indican que el uso de esta tecnología española refleja un aumento de la fuerza muscular en miembros inferiores; mejora del rango articular en articulaciones de cadera y rodilla, y de la función respiratoria; reducción de contracturas musculares y regulación del tono muscular; prevención o retraso de complicaciones musculoesqueléticas propias de las enfermedades neuromusculares; y mejora en la capacidad de realizar actividades de la vida diaria con el consiguiente aumento de autoestima y bienestar.
