Funcas vaticinó ayer un crecimiento del 2,3 por ciento en Castilla y León para este año 2024, dos décimas por debajo de la media nacional del 2,5 por ciento, como ya ocurrió con el crecimiento del dos por ciento registrado en 2023, gracias al elevado peso en su estructura productiva del automóvil y los bienes de consumo, los sectores que más empuje registrarán este año, según las previsiones para las Comunidades Autónomas de este ejercicio económico presentado por el centro de análisis.
También sumará la construcción, para la que se espera un dinamismo superior a la media, a partir de la evolución de sus visados y su licitación. En cuanto a los servicios, los sectores motores del crecimiento tienen un peso relativamente bajo, tal y como indica Funcas.
El empleo en términos de de Encuesta de Población Activa (EPA) avanzará un 1,5 por ciento y su tasa de desempleo se reducirá hasta el 8,7 por ciento, inferior a la media nacional del 11,2, aunque por encima de la media europea que según el BCE será del 6,5 por ciento. Para explicar estas cifras de desempleo, Funcas hizo especial hincapié en la detención del declive demográfico, al menos en lo que se refiere a población activa. Para esta institución, la incorporación de mano de obra foránea está permitiendo frenar la caída demográfica.
En cuanto a las cuentas públicas, Castilla y León registró déficit tanto en 2022 como en 2023, del 1,14 y del 0,69 por ciento del PIB, respectivamente. La previsión es que las cuentas públicas arrojen un déficit en todas las comunidades, excepto en País Vasco y Navarra.
Islas Baleares (3,5 por ciento), Canarias (3,2) y Madrid (2,6) son las que más crecerán este año -las únicas que lo harán por encima de la media nacional-, seguidas de cerca por Aragón y Cataluña (ambas con el 2,5 por ciento). En el extremo opuesto, Asturias y La Rioja registrarán el menor crecimiento del PIB, con un 1,9 por ciento.
El director general de Funcas, Carlos Ocaña, explicó que “estas previsiones son consistentes con la senda de crecimiento sostenido de la economía española, liderado por los sectores exportadores y los servicios de mercado”.
La dependencia del consumo público, de productos energéticos como los derivados del petróleo o de actividades agrícolas afectadas por la climatología pueden frenar el crecimiento en algunos casos. Pese a ello, se estima que todas las autonomías habrán recuperado este año el nivel de PIB prepandemia.
En el caso de Castilla y León, la variación con respecto a 2019 es del 2,7 por ciento, mientras que la media española se sitúa en el cinco por ciento. “Esto significa que, al menos en términos de PIB, hemos borrado el efecto de la pandemia”, según Torres. Un comportamiento que se ve aún más reflejado en el paro, ya que el crecimiento económico ha permitido reducir la tasa de desempleo hasta niveles inferiores a la prepandemia. Según el INE, de hecho, Castilla y León cerró 2023 con una tasa de paro del 9,7 por ciento, un porcentaje por debajo de la media española situada en el 12,2 por ciento.
Teniendo en cuenta el periodo transcurrido tras la pandemia, “se percibe una cierta convergencia entre comunidades autónomas, aunque este proceso no es generalizado”. Algunas de las comunidades con un PIB per cápita inferior a la media, opina Funcas, se encuentran entre las que más han progresado, entre las que se encuentra Castilla y León.
Otras, sin embargo, como Canarias, Comunidad Valenciana y Murcia, apenas se han acercado a la media nacional en PIB per cápita a causa “del golpe del turismo sufrido durante la pandemia”.
Desde el comienzo del episodio inflacionario en enero de 2021 hasta junio de este año, el IPC se ha incrementado un 19,1 por ciento En España. Sin embargo, “el bote inflactario no ha impactado por igual en todos los territorios”, señalando que en Castilla y León el crecimiento del IPC desde enero de 2021 a junio de 2024 es de un 20,3 por ciento“.
