Viajar en barco y llevar consigo la vivienda ha dejado de ser exclusivo de los propietarios de lujosos yates. El astillero segoviano Moggaro ha lanzado una nueva línea de producción consistente en casas flotantes que combina ambas actividades.
Con la llegada de la pandemia del coronavirus, el impulsor de la iniciativa empresarial, Santiago Parga, ha visto cómo se ha modificado la demanda en el mercado naviero. “Había cierta necesidad de contar con un tipo de apartamentos flotantes para amarrarlos a puerto, y así disponer de más comodidades que el simple camarote de un barco. Pero ahora, con el Covid se ha disparado esta demanda”, explica Santiago Parga.
Desde su empresa, Barcos de Aluminio S.L. con sede en el polígono industrial Nicomedes García, de Valverde del Majano, se pusieron manos a la obra y diseñaron una plataforma flotante que ha gustado mucho en los mercados náuticos.
La primera unidad de esta modalidad acaba de llegar a puerto. Se ha probado en la había de Santander, el puerto natural de Castilla, y ha resultado un éxito. “El diseño ha gustado mucho “, asegura satisfecho Santiago Parga.
Se trata de una pontona flotante, orientada a su uso en aguas tranquilas. Permite salir al mar y también está pensado para su uso en ríos navegables. La embarcación goza de gran estabilidad. Su construcción mediante cilindros de aluminio permite una gran estanqueidad y facilidad de navegación. Cuenta además con las ventajas de las anteriores construcciones de aluminio, característico de la naviera segoviana.
Este primer ejemplar que ya surca las aguas del Cantábrico y que está disponible para alquiler, cuenta con una habitación. Pero Moggaro está preparado para fabricar casas flotantes con más capacidad, al gusto y medida del cliente. El primer modelo parte con un precio de 75.000 euros. Con eslora de ocho metros por casi tres y medio de plataforma, está dotado con motor de baja cilindrada puesto que no pretende alcanzar altas velocidades. En cuanto al resto de la embarcación se ha hecho completamente en Segovia, al igual que el equipamiento auxiliar del salón convertible en habitación de dos camas y una infantil, así como cocina con nevera y armarios, y el baño con ducha.
El proceso de fabricación se inició en junio y se acabó este noviembre, salvo el mes de verano que el astillero ha permanecido varado por vacaciones.