El presidente del PP, Pablo Casado, insistió ayer en reclamar a Cs una coalición, de cara a las próximas elecciones generales, porque no unir el voto de centro derecha tendrá “consecuencias letales” para España y no puede invocar “patriotismo alguno” quien no esté dispuesto a hacerlo.
En su discurso ante el Comité Ejecutivo Nacional del partido, mantuvo el tono moderado de sus últimas intervenciones dispuesto a “unir para ganar y ganar para unir” y conseguir gobernar, para lo que pidió “ser generosos, pacientes e inteligentes”, tanto a los de su propio partido como a los posibles socios, Cs y Vox.
“Debemos rectificar”, ha llegado a decir, tras criticar la división en la que ha caído el centro derecha e instar a “pasar de la nostalgia y del lamento a la política práctica” y conseguir ir juntos a las urnas.
También advirtió a Cs de que “no hay posibilidad alguna de sustituir al PP como cerebro, corazón y pulmón del centroderecha español” porque esa es una cuestión que ya está “zanjada por las urnas”.
Y avisó de que “si el precio de mantener una diferencia es que en España quede en manos de un gobierno” de Pedro Sánchez, “entonces esa diferencia no merece ser mantenida”, tras recordar que el PP ha ofrecido todo tipo de fórmulas de convergencia electoral que ha sido rechazadas.
Por eso, considera que tanto Vox como Cs, a los que refirió como “fórmulas políticas situadas a nuestro alrededor”, tienen unas prioridades que “se han alejado ya mucho de las de sus votantes”.
Errores graves
Para Casado, “la fractura” del centroderecha “constituye uno de los errores más graves de la historia del liberalismo y conservadurismo español”.
Un mensaje que lanza cuando queda poco más de una semana para que, el 29 de septiembre, expire el plazo para que los partidos políticos, las federaciones y las coaliciones designen a un representante general para las elecciones del 10N.
En clave interna, Casado dejó clara la estrategia a seguir al afirmar “quiero un PP ampliado, más popular y menos partido, integrador, reconocible por moderado y todo lo que sea necesario” para reconstruir “un proyecto político de fondo y coherente” que gobierne en España.
A partir de ahora, el PP va a llevar una “agenda en positivo” para intentar resolver los problemas de la gente, por lo que ha instado a mirarse “menos el ombligo” y actuar más como plataforma y menos como partido.
El discurso de Casado fue aplaudido por los barones regionales, quienes no intervinieron en la reunión en Génova, aunque después sí que pudieron hablar en la tradicional comida privada que mantienen con el líder del partido.
