La consejera de Sanidad de la Junta, Verónica Casado, abogó por mantener medidas restrictivas tras la finalización del estado de alarma el próximo 9 de mayo y defendió la aplicación del semáforo pactado en el Consejo Interterritorial de Salud para ir así “de la mano” de los datos epidemiológicos y sanitaros.
Casado volvió a lamentar una vez más tras el Consejo de Gobierno Extraordinario que no se haya actualizado la Ley de Salud Pública para que las autonomías contaran con una cobertura legal para aplicar determinadas medidas y evitar así el traslado de la decisión final al poder judicial.
Así, Casado evitó avanzar las medidas que están sobre la mesa ya que todos ellos deben se estudiados por los juristas, como la posibilidad de establecer horarios de cierre para la hostelería.
En cuanto a la desescalada y el levantamiento de restricciones en capitales como Ávila y Zamora que actualmente se encuentra en nivel medio, la consejera abogó por la cautela y aseguró que cuando finalice el estado de alarma se valorará si pasan a nivel 3. Así, mostró su temor ante la posibilidad de que se pueda estar dando una falsa sensación de seguridad.
Acto seguido, la consejera aseguró que la variante británica tiene ya un porcentaje de penetración en Castilla y León del 95,23% y precisó que no hay ninguna variante más actualmente en Castilla y León.
De este modo, pidió que no se baje la guardia porque está costando reducir el número de casos declarados. “Mientras el virus circule existe riesgo y mientras haya riesgo no nos podemos relajar”, zanjó.
