Hoy, día de la protesta en contra de la amnistía en toda España, el representante del PSOE en Segovia ha publicado una imagen en Instagram (cabe puntualizar que del año 2020) una hora antes de la concentración para difundir el mensaje de que la derecha “nunca se moviliza para defender los servicios públicos que necesita la clase media y trabajadora. Solo cuando no están en el poder defienden que se rompe”. Y me gustaría aquí plasmar mi respuesta a esta publicación, que le he intentado hacer llegar de manera individual, pero para la que no espero ni creo que reciba ninguna respuesta.
La concentración de hoy y la causa que se defiende no es cuestión de política. La defensa de los servicios públicos que menciona empieza por la defensa de la ciudadanía, por la defensa del país y por la defensa de la igualdad entre todos los ciudadanos. La tenencia de unos valores es lo que marca las acciones posteriores. De nada sirve que se defiendan causas específicas, si los valores acorde a los que se actúa no están en consonancia. Usted dice defender la sanidad pública, la educación pública y los servicios públicos; pero no defiende a la nación. No defiende a su país, ni a sus ciudadanos. La democracia está en peligro y no se pronuncia al respecto. ¿Es eso un concepto contemporáneo sobre la “defensa de lo público”?
Hoy, en la Plaza Oriental, he sentido orgullo de ser española. Y más orgullo aún de ser segoviana. He sentido orgullo de los valores de igualdad, solidaridad, y lucha conjunta. Y aun más de la gente que ha salido a la calle para defender que todos somos iguales ante la ley, que España no se rinde y defender nuestra Constitución, cuyo artículo 30 constata que “los españoles tienen el DERECHO y el DEBER de defender a España”. Hoy no era cuestión de ser de izquierdas o de derechas. Hoy era cuestión de ser ciudadano.
Me gustaría añadir a la serie de valores que he mencionado antes el valor de la coherencia, que tanto escasea hoy en día. Seamos coherentes y dejemos a un lado los intereses individuales. Y aquí apelo directamente, como persona que se dedica a la política, a su sentido del Estado. La cobardía de no haber dado un paso al frente con la ciudadanía, de no haber emitido ni un comunicado, o no haber establecido comunicación con las empresas que impulsan la economía de nuestra provincia, ¿es lo que nos espera como ciudad si algún día usted es elegido como alcalde? ¿se posicionará en cada debate público a través de una fotografía en Instagram?
Creo firmemente que en estos tiempos convulsos en los que la política no es sino un circo en el que cada persona piensa en sí mismo, debemos plantearnos seriamente cuál es el camino correcto. Nunca es tarde para empezar a pensar en la ciudadanía en su conjunto, en los intereses colectivos y en los valores de la DEMOCRACIA, que tanto les costó conseguir a la generación de mis abuelos. No se carguen la Transición, no abandonen un modelo tan seguido por el mundo entero, una época en la que España fue ejemplo de diálogo, de esfuerzo colectivo y de búsqueda del bien común. Estoy absolutamente convencida de que nadie de aquella generación quería dejar este país a sus nietos. Y yo, personalmente, tampoco quiero dejárselo a mis hijos.
