El pasado 28 de mayo, la ciudadanía manifestó el deseo de cambio en la política de la ciudad de Segovia. El reparto de funciones dentro del equipo de gobierno muestra la organización de las áreas y prioridades del nuevo ejecutivo. José Mazarías ha encomendado a May Escobar Lago un área en el que se agrupa el Turismo, con el desarrollo y promoción Económica. Sinceramente, el turismo debe ser la locomotora que tire de la economía de la ciudad, buscando posicionarse en el nuevo escenario de la economía digital y sostenible que tan bien conoce la responsable de esta área.
Son muy altas las expectativas generadas para esta nueva etapa que ahora comienza. Es primordial cambiar la peligrosa tendencia de declive demográfico que sufre Segovia. Durante las dos últimas décadas la población de la ciudad se redujo en 4.832 habitantes (-8,68 %), mientras que en nuestra vecina Ávila la población se incrementó en 5.871 habitantes (+11,27%). Si miramos a las dos capitales de provincia más próximas a Madrid el crecimiento es mucho mayor, con un 26 % de incremento en Guadalajara y un 17,27 % en Toledo. Hay que subrayar que la ciudad del Adaja no cuenta con la privilegiada situación de Segovia, ni con las infraestructuras de alta velocidad ni autovía a la capital regional. El bloque urbanístico al que se enfrenta la ciudad desde hace décadas, los litigios judiciales que han mermado la capacidad financiera y la malograda gestión económica están entre las principales causas de este retroceso, cuando todas las ciudades de nuestro entorno han crecido como la estadística del padrón nos muestra.
Una de las áreas de gobierno que más buena prensa ha tenido en los gobiernos socialistas ha sido la del turismo. Esta actividad, más que a muchos les pese, es clave en nuestra ciudad ¿Se imaginan que sería de Segovia sin turismo? Pedro Arahuetes lo comprendió muy bien y a su llegada culminó el Plan de Excelencia Turística con la creación de la Empresa Municipal de Turismo (Turismo de Segovia). Sin embargo, últimamente, la gestión del turismo en la ciudad parece encontrarse en entredicho. Tras la pandemia, Turismo de Segovia arrastra resultados negativos fruto de la merma en sus ingresos principalmente de visitas guiadas. Hemos de tener en cuenta que la mercantil se constituyó para una gestión adecuada del turismo y generar rentabilidad social. También ha habido quejas sobre la situación del Centro de Recepción de Visitantes. Además, el Consejo de Cuentas de Castilla y León ha llamado la atención sobre varios aspectos de su gestión, llegando a plantear que revise la forma de sociedad mercantil por medio de la que está gestionando y desarrollando la competencia de promoción e información turística. Por lo tanto, los nuevos responsables políticos tendrán que dar solución a estas deficiencias denunciadas desde hace tiempo.
En mi tesis doctoral recientemente defendida sobre las Ciudades Patrimonio de la Humanidad como destinos turísticos inteligentes, se analiza cómo las quince ciudades inscritas en la lista de la UNESCO gestionan el turismo, estudiando en profundidad la gestión turística de la ciudad de Segovia. En esta investigación sobresale nuestra ciudad en cuanto a su enfoque de gestión, que va más allá de las competencias mínimas de promoción e información turística. Su gestión proactiva del turismo y sus capacidades técnicas son de las mayores en esta categoría de destinos en España.
Cualquier decisión que se tome, lo debe hacer en perspectiva tanto de donde se viene, con sus aciertos, como a dónde se quiere dirigir el sector y que papel ha de jugar la Organización de Gestión de Destino – Turismo de Segovia. Se ha de aprovechar la coyuntura que las distintas convocatorias adjudicadas de fondos europeos para avanzar como mínimo como nuestros competidores más directos. A los 3 M. € de la convocatoria Impulsa Patrimonio se han de sumar los 4,4 M. € del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD), es decir, en los próximos tres años se invertirán 7,4 M. €. para mejorar la competitividad del sector.
Estos planes forman parte de la Estrategia de Sostenibilidad Turística en Destinos de la Secretaria de Estado de Turismo tiene un presupuesto estimado de 1.904 millones de euros con el objetivo de “apoyar a los destinos en su proceso de transformación hacia polos de innovación turística capaces de integrar en su oferta la sostenibilidad ambiental, socioeconómica y territorial, y desarrollar estrategias de resilencia frente a los nuevos retos”. Entre los resultados esperados se encuentra la incorporación de manera efectiva de la sostenibilidad y la digitalización, la diversificación de la oferta, la creación de empleo o la mejora del capital natural. Esta estrategia surge para abordar los retos que se enfrentan los destinos, en este caso urbanos, como la renovación de la oferta cultural y de ocio, las necesidades de mantenimiento y mejora de sus cascos históricos, la necesidad de ampliar y diversificar las zonas de interés para canalizar el turismo hacia zonas menos visitadas de gran valor, tanto intramuros como extramuros, o la oportunidad de incorporar herramientas digitales para un mejor manejo de los flujos turísticos y una gestión más eficiente de los servicios públicos, entre otros.
En el caso de Segovia es de especial interés el efecto ocultación de los grandes hitos del resto de la oferta cuya visita es pasada por alto, lo cual hace que sea identificada por el turismo como un lugar para visitar en poco tiempo. ¿Cuántos turistas vienen con poco más de tres horas? ¿Qué hacemos para que se vayan con la sensación que hay mucho que descubrir? Abordar estos problemas no es tarea sencilla, prueba de ello es que las inversiones y activaciones del patrimonio fuera del eje acueducto-catedral-alcázar no han tenido los resultados esperados en cuanto a volumen de visitantes. Esto no es algo exclusivo de Segovia, aunque si especialmente acusado en nuestra ciudad dado que nos encontramos ante una imagen del destino muy arraigada y con el hándicap de la cercanía a Madrid.
Segovia tiene todos los ingredientes para ser un destino turístico patrimonial de primer orden. La excelente conservación de su amplio patrimonio, la singularidad de sus monumentos y su rica historia, así como el atractivo de sus paisajes y elementos inmateriales como la luz, la gastronomía, los comercios tradicionales o los numerosos eventos culturales que forman parte del día a día de la ciudad y que frente a otros destinos los sentimos como propios. Para crear mayor riqueza y minorar las externalidades que toda actividad económica genera a los residentes, debemos ser ambiciosos para resolver los problemas que llevamos arrastrando desde la fundamental decisión de cortar el tráfico por debajo del acueducto. El Plan de Gestión de la Ciudad Vieja y su Acueducto de próxima aprobación es la hoja de ruta para salvaguardar su Valor Universal Excepcional que le hace digna de estar incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Las medidas planteadas en este documento tienen un horizonte de cinco años y requerirán un órgano de gestión formado por las administraciones responsables (Local, Regional y Estatal).
El reto de la gobernanza es en mi opinión fundamental. Urge crear un consorcio para canalizar la financiación y la colaboración entre administraciones. Tenemos ejemplos de notable existo en los Consorcios de Santiago o Toledo. En la capital gallega, la paradigmática renovación urbana llevada a través de la cultura tiene como pieza clave el consorcio creado en 1992. En Santiago el Consorcio está participado la Administración General del Estado en 60%, la Xunta de Galicia en 35% y el Ayuntamiento de Santiago de Compostela en 5%, habiendo gestionado un presupuesto entre 1992 y 2011 de 387 millones de euros. Si de verdad queremos impulsar un nuevo modelo de ciudad, crear una entidad como la de otras ciudades referentes debe ser prioritario.
Repensar el modelo de ciudad se debe hacer mediante la intervención en infraestructuras estratégicas relativas a la movilidad y espacios de convivencia entre visitantes y residentes. La plaza de artillería y el desdoblamiento de la calle San Gabriel deberían ser una prioridad del nuevo mandato. Es el momento de dar una solución ambiciosa, una respuesta a la altura del Acueducto. Este proyecto es evidente que no lo puede llevar a cabo en solitario un Ayuntamiento como el de Segovia. ¿Qué mejor lugar para invertir para la recuperación, transformación y resilencia? Si queremos que el proyecto del museo del acueducto sea una infraestructura museística que se aproxime a los números de visitantes de la Catedral o Alcázar es clave que este dialogo adecuadamente con el espacio donde está pensado ubicarlo, a la vez que se solucionan los problemas de movilidad en la ciudad, reorganizando el transporte urbano de forma “inteligente” sin poner en peligro ni romper la estética del acueducto. Tenemos uno de los enclaves urbanos más impresionantes de Europa, y sin embargo no somos capaces de dignificar el lugar. Quizás sí se sabe resolver esto bien, como la Catedral y el Alcázar, Turismo de Segovia podría ser autosuficiente no solo para las tareas que se realizan actualmente sino para un mayor impulso del turismo en la ciudad desde enfoques de sostenibilidad.
Concluyo, haciendo confluir las dos líneas argumentales principales de este texto. Debemos conseguir que Segovia sea un mejor lugar para vivir, invertir y visitar, para ello hemos de crear estructuras de gestión adecuadas, eficientes e innovadoras. La ciudad no puede crecer sin resolver sus problemas de urbanísticos, movilidad, y desarrollo económico. El apoyo de las instituciones se debe plasmar mediante modelos de gobernanza adecuados en dos ámbitos estratégicos para la ciudad que deben de ir de la mano: el de la ciudad histórica (consorcio interadministrativo) y la gestión y planificación del turismo.
