Corría el año 1927 y el mundo del Ajedrez estaba revolucionado con el match por el campeonato mundial que iba a producirse en Buenos Aires, Argentina, entre el aspirante al título, el Doctor Alexander Alekhine y el hasta entonces vigente campeón José Raúl Capablanca.
Ambos jugadores llegaban a la cita de manera muy diferente, el cubano acompañado de su halo de imbatibilidad, hasta ese momento su historial particular era de cinco victorias y siete empates contra el ruso, todos los pronósticos de la época daban a Capablanca vencedor, quizás esto sumado a una preparación escasa, tan solo unas simultaneas en Brasil y mucha vida “social” le hicieron entrar en un exceso de confianza. Por el contrario, Alekhine dedico su vida y obra a un único objetivo, derrotar a Capablanca, tal es así, que en la preparación para el campeonato del mundo cambio sus hábitos, llevo una dieta sana, ejercicio físico y además conto con la ayuda de un analista consagrado de la época, Roberto Grau, uno de los mejores jugadores argentinos de todos los tiempos, y además, autor del famosísimo Tratado General de Ajedrez, considerado por muchos la “biblia” del ajedrez en español.
La diferencia de estilos entre ambos contendientes añadía un atractivo más al match, Capablanca con su comprensión posicional perfecta, sin asumir riesgos, pero con un cálculo tan preciso y fino como el de un cirujano con un bisturí, y Alekhine con su excepcional juego de ataque, buscando siempre una combinación arriesgada a fin de hacer la partida más entretenida para el espectador, buscando rematar siempre de manera artística.
El match se jugó a partidas ilimitadas, desde el 16 de septiembre al 29 de noviembre, declarándose vencedor el que primero consiguiera seis victorias sin contar las tablas. Finalmente, tras 34 partidas Alekhine consiguió llevarse el gato al agua, con un resultado de 6 victorias, 3 derrotas y 25 tablas.
El macth finalizó con la presente misiva:
Buenos Aires, 29 de noviembre de 1927
Estimado Dr. Alekhine, abandono la partida, es usted pues, el campeón del mundo y lo felicito por su éxito, mis cumplidos a madame Alekhine, cordialmente suyo
José Raúl Capablanca
