El grupo de peregrinos del Centro Penitenciario de Segovia formado por internos, educadores y voluntarios completó ayer la tercera y penúltima etapa del Camino de San Frutos; que transcurre entre las localidades de Caballar y la ciudad de Cantalejo. Tras iniciar a primera hora el camino, el primer pueblo que el grupo encontró después de iniciar la etapa es Muñoveros, donde se realizó un descanso para reponer fuerzas y contemplar la Iglesia parroquial de San Félix, joya del románico segoviano.
Después de sellar la «cartilla del peregrino», el grupo continuó hasta Puebla de Pedraza, llegando después de cruzar el río Cega y contemplar la ermita de Frades. El camino hasta Cantalejo se hace duro, son muchos kilómetros y las fuerzas van flaqueando. Tras cruzar el campo de golf y tomar el antiguo camino de Rebollo, los peregrinos llegaron a Cantalejo pasadas las tres de la tarde después de cinco horas de caminar, En Cantalejo esperaban a los peregrinos José Luis Montero Montalvillo, Presidente de Cruz Roja de Segovia y varios profesionales del CEAAS de Cantalejo. La tapa finalizó tras poner el preceptivo sello a la cartilla en el Ayuntamiento.
Junto a los internos del centro penitenciario, participaron ayer en la etapa la psicóloga de Cruz Roja, la Coordinadora del Proyecto Loyola y los voluntarios de Pastoral Penitenciaria que colaboran en el Programa Terapéutico de deshabituación de drogas.
La experiencia del Camino de San Frutos potencia en las personas aspectos de la vida esenciales para la convivencia social y desarrollo individual; que se consideran fundamentales para implicar a los internos en un proceso de socialización y de transmisión de valores; que les permita desarrollar conductas y actitudes favorables a su integración social, intentando transmitirles inquietudes y experiencias nuevas en las siguientes áreas de carácter cultural, físico, adquisición de hábitos saludables, social y espiritual
Esta actividad de recorrer el Camino de San Frutos con los internos del centro penitenciario ofrece una oportunidad para conocer una alternativa de ocio saludable, participar en un espacio de socialización e intercambio, establecer una relación horizontal y de apoyo mutuo, la puesta en marcha de herramientas aprendidas durante el programa ,y la oportunidad para reflexionar y profundizar en torno a determinados valores.
El recorrido concluirá hoy en la Ermita del santo eremita, en el corazón de las Hoces del Duratón.
