Diego Ventura y Duarte Fernandes volvieron a salir por la Puerta Grande de Cantalejo, tras cortar tres orejas cada uno. En una feria en la que la máxima figura actual del rejoneo era la base, la apuesta no falló y, al igual que el año pasado, ambos salieron en hombros. Con un concepto arrollador, Ventura firmó la faena de la tarde; mientras que el joven jinete portugués demostró su progresión con dos entonadas actuaciones de mucho mérito. Completó la terna Sergio Galán, que paseó un trofeo sin ser su mejor tarde, pese a que los astados de El Canario colaboraron en su conjunto, con un gran rendimiento, salvo el lidiado en segundo lugar.

Con unos tendidos de sombra completamente llenos y menos de medio sol, el festejo comenzó media hora después de lo anunciado tras terminar de acoplar en las localidades al público que guardaba en la cola y dar paso al tradicional desfile de los quintos con sus trallas, al que se sumó otro para dibujar una bandera de España sobre el albero del coso briquero. Tras este preludio, abrió plaza un gran toro, brocho y cubeto, gordo, hondo y corto de cuello, que tuvo exceso de celo en los primeros tercios y apretó a la grupa de Galán, a la que alcanzó en varias ocasiones. El rejoneador manchego intentó cambiarle los terrenos y clavar el castigo y las banderillas con fuerza para mermar el brío del animal. Con el ejemplar un tanto amorcillado, Galán dejó un conjunto de banderillas cortas a lomos de ‘Óleo’, cuya ejecución fue lo más destacado de la actuación. Tras un pinchazo, el astado cayó y saludó una ovación.

Sorteó otro ejemplar de buena condición, con movilidad, tranco y fijeza, con el que se fue amoldando a dos pistas. Pese a clavar con ortodoxia, el trasteo no llegó a despegar y fue parco en conexión con un público que se mantuvo receptivo toda la tarde. A pesar de que no estuvo lúcido con el acero, Galán no se fue de vacío y la gente pidió una oreja, que fue concedida.

Terciado, anovillado y escurrido de los cuartos traseros fue el primero del lote de Ventura, que con tiempo ganó en son y ofreció nobleza, aunque pronto se apagó. El jinete buscó emoción al encuentro, pero el astado resultó parado y, a medida que avanzó la faena el animal y fue recibiendo banderillas, terminó por quedar prácticamente inválido. En esa tesitura, Ventura aprovechó para ejecutar la suerte del violín para después despacharlo y pasear una oreja tras la petición cariñosa del público.

Después, se midió a un toro bien hecho y un tanto musculado al que toreó a dos pistas con riesgo. Arrebatado, firmó una actuación de pura entrega. Pirotecnia Ventura en un recital marca de la casa, con todo tipo de suertes: al quiebro, a dos manos, el teléfono y sin cabezada. Con ‘Bronce’, ofreció todo un espectáculo hasta el punto de que el caballo ‘mordió’ la testuz del astado. La gente, con él y su cuadra. Cortó dos orejas, pese a que la suerte suprema no fue la más lúcida.

El tercero de la tarde venía tan abrochado de cuerna que tenía visión túnel. Aun así, posibilitó un juego de altas cotas a Fernandes, que estuvo firme y entonado toda la actuación. Con una elegante monta y un concepto de valor, clavó con pulcritud y terminó por poner al respetable de su parte con arriesgadas piruetas delante de la cara del astado. El delirio llegó con las banderillas cortas al violín y la tarde por fin tomó vuelo. La faena solo quedó empañada por el uso del acero, aunque los pañuelos asomaron igual y paseó un trofeo entre el reconocimiento de la plaza briquera.
El festejo concluyó con otra actuación de entrega de Fernandes ante un astado que tuvo recorrido. Templado y seguro, el portugués dejó un notable trasteo para apuntarse otros dos apéndices entre el grosero jaleo de los subalternos y hasta de Ventura detrás del burladero. La Puerta Grande se la repartieron entre ambas cuadrillas.

Ficha
Plaza de Toros de Cantalejo (Segovia). Segundo festejo de feria. Alrededor de dos tercios de entrada. Astados de El Canario, desiguales de presentación y de buen juego en líneas generales.
Sergio Galán, ovación y oreja.
Diego Ventura, oreja y dos orejas.
Duarte Fernandes, oreja y dos orejas.
