El cansancio, el nerviosismo e incluso cierta indignación empiezan a cundir entre los miles de evacuados de Lorca, en su inmensa mayoría inmigrantes, que se están viendo obligados a soportar interminables colas para certificar sus datos personales y preservar su derecho a permanecer en la zona de acampada.
Y es que técnicos del Ayuntamiento de la localidad murciana, en colaboración con la Cruz Roja y Protección Civil, han puesto en marcha un dispositivo para verificar, ciudadano por ciudadano, la identidad y la procedencia de las personas que permanecen en el Huerto de la Rueda, el principal campamento habilitado para los damnificados por el grave terremoto del pasado miércoles.
El objetivo de esta iniciativa, según explicaron fuentes municipales, se centra en saber exactamente cuántos individuos hay refugiados, quiénes son, de dónde vienen y si de verdad necesitan asistencia social.
En Lorca se ha tomado la decisión de actuar ante la extensión de la sospecha de que podría haber aprovechados que estén tratando de beneficiarse ilícitamente de los alimentos y el cobijo prestados. Diversos evacuados admitieron que se habían topado con bastantes «extraños», por lo que se ha hecho necesario un control.
Una vez verificados los datos pertinentes, los refugiados con derecho a quedarse en el área de asistencia reciben una pulsera que así lo certifica. A pesar de que comprenden el particular censo, los lorquinos están agotados y por eso protestan.
