Algo está cambiando en el fútbol femenino y quién mejor para hablar de ello que las campeonas de la liga Asofusa, las chicas del FS Autoescuela El Pinar & El Henar, de Cuéllar. El equipo lo componen jóvenes de14 a 30 años y de muchas localidades de la provincia -Cuéllar, Carbonero El Mayor, Carrascal del Río, Zarzuela del Pinar, Olombrada o Sanchonuño- porque esa es la realidad de este deporte en su versión femenina: es muy complicado formar un equipo y tienen que desplazarse. Explican que un equipo de una edad concreta, con la facilidad de las categorías masculinas, no se forma así como así. Tienen que juntarse apasionadas del fútbol de muchos puntos diferentes para jugar.
La temporada no ha podido ir mejor; solo perdieron un partido en la ida contra el subcampeón. Se jugaron todo en un trepidante partido en el que el equipo vencedor se llevaba la liga, y un 3-1 a su favor las hizo merecedoras del título. “A cualquier equipo le encantaría tener unos resultados así”, comenta Sheila Alonso, jugadora junto al entrenador, Rubén Alonso. Ellas son una pequeña familia que se ve apoyada al máximo por su grada. Padres y amigos siempre van a verlas, y así pueden afirmar que un equipo “no es solo lo que hay en la pista”. Y aunque entre ellas son “como una piña”, explican que a nivel provincial, “la cosa está fatal”. La liga existente es de poco nivel, y es lo que las obligó a irse a la provincial de Valladolid (Asofusa). A nivel regional sube el nivel, y aunque el año pasado se plantearon subir de categoría, prefirieron quedarse donde están; necesitarían patrocinadores y muchas más horas de entrenamiento. A nivel nacional equiparan el fútbol sala al mismo lugar en el que está el deporte femenino en general: “bastante infravalorado”. Si algo tiene que empezar a ser más visible es el espacio en el deporte televisivo, donde lo masculino copa programas enteros; “hace falta ganar muchos títulos para que salgan equipos de chicas en la tele, para que te den un minuto”, reconocen. “Se centran en cánones de belleza y demás tonterías que no incumben a nivel deportivo, y ahí queda el logro, sin incidir en ello”, explican. Darles la importancia que merecen sería lo justo y una gran ayuda.
Empezar en el fútbol viene, en todos sus casos, de Escuelas Deportivas. Algunas pasaron a equipos mixtos en un principio, hasta que pudieron unirse a esta aventura tan exitosa. Cuando ven partidos como el recientemente vivido en el Wanda Metropolitano, un Atlético-Barça femenino, con más de 60.000 personas, se les muestran nuevas esperanzas. Algunas jugadoras lo vivieron en el propio estadio y sus caras lo dicen todo: emoción e ilusión en ellas y en todo el graderío son signos de cambio. “Era el mismo ambiente que cuando juegan los chicos, con cánticos, pero lo malo es que esto son encuentros puntuales y no se va a repetir hasta dentro de uno o dos años”, explican. Creen que se va viendo algo de avance, “muy poco a poco”. De eso sabe algo Marta Escribano, jugadora procedente de Zarzuela que consiguió cambiar el reglamento de Castilla y León para poder jugar después de un caso de discriminación muy mediático. El suyo fue un paso más hacia el abandono de ideas retrógradas que poco tienen que ver con una actualidad igualitaria, pero todo lo que se cuenta no son tópicos, son realidades.
Las jóvenes recuerdan que antes de estar en esta liga, cuando construyeron el equipo y jugaron en liga masculina -desde los 8 a los 12 años-, “había comentarios muy fuertes”; “no soportaban que les ganaran las chicas”, explican. “Siguen arbitrando distinto, una falta que a los chicos no les pitan, a las chicas sí, y eso lo hemos hablado con un arbitro y lo reconoce”. Cuenta que también había padres que alentaban a sus hijos con frases como “¿vais a dejar que os ganen unas chicas?”. Por suerte, los suyos siempre las han animado para que, de una vez por todas, la situación cambie y se le dé la normalidad que tiene que ellas jueguen al fútbol.
Las chicas agradecen todo a su patrocinador incondicional, Autoescuela El Pinar &El Henar, y reconocen la suerte que tienen. Quieren que se las respete su horario de entrenamiento, no ser el último equipo en elegir y que la igualdad sea total entre todos los equipos de fútbol en Cuéllar. Su título vale lo mismo que cualquier otro, y en la localidad solo son vencedoras de liga ellas, así que estas campeonas seguirán metiendo goles a la desigualdad.
