María José Gómez Redondo vuelve a estar presente en Las Edades del Hombre. Si el pasado año puso la mesa en ‘Eucharistia’ como invitación al encuentro, con una impactante instalación de siete metros de tela con impresión fotográfica, en esta nueva edición marca un camino de acercamiento a Santa Teresa de Jesús a través de la belleza en la imagen y la palabra.
La obra de la artista de estrecha vinculación familiar, creativa y formativa segoviana, está presente en la muestra de arte religioso que lleva el título ‘Teresa de Jesús. Maestra de oración’ en tres formatos diferentes y en múltiples espacios de Ávila y Alba de Tormes: en un libro, en señales informativas y en una exposición.
El trabajo de partida es una colección de 24 fotografías que se relacionan con fragmentos de la obra poética de la Santa, ofreciendo “un lenguaje pleno de lirismo”, como asegura el secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, Gonzalo Jiménez Sánchez. Sobre el proceso de creación, Gómez Redondo explica que para ilustrar los textos buscó “objetos que sirvieran de puente entre nuestra época y la suya y que funcionaran como símbolos para explicar las emociones que ella (Santa Teresa) relata en sus poemas”. Se trata de objetos simples, cuerda, plumas, ramas, cinta, espejo, agua, y un rosario.
Algunas creaciones han sido producidas en gran tamaño para cubrir los muros de la basílica de Santa Teresa, en Alba de Tormes, y ser expuestas en sus salas. Además, toda la serie ha sido recogida en un libro de la colección Cuadernos de Arte que ha publicado la Fundación y que puede adquirirse en las sedes de Las Edades del Hombre.
Pero el trabajo más novedoso está en la calle. Con los textos y las fotografías de Gómez Redondo se ha realizado la señalización de los lugares y trayectos de las cuatro sedes de la exposición (tres en Ávila y una en Alba de Tormes) de forma que en plazas y calles se puede leer poemas y ver imágenes que se relacionan con los espacios envolviéndoles de pensamiento.
La forma en la que están realizadas las imágenes y el hecho de que los textos estén escritos con la misma mano que sale en la foto, les confiere un impacto visual fuerte, una mirada subjetiva, como algo relatado en primera persona. Las fotos están hechas sujetando la cámara con la mano izquierda fotografiando la derecha. “Me parece un acierto como conversan con los distintos lugares en los que han sido colocadas, hay muchas y todas diferentes a lo largo de un paseo por las dos ciudades”, señala la creadora quien destaca el hecho de que ‘la capital que vive más cerca del cielo’ “pueda ser vista desde una narración en femenino”. Su opinión ha sido refrendada por los habitantes de Ávila que han quedado gratamente sorprendidos por esta composición moderna, respetuosa y diferente.
