El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, y el primer ministro británico, David Cameron, modificaron sus agendas de esta semana con el objetivo de intensificar los contactos que allanen el camino para tratar de cerrar un acuerdo sobre la revisión de las relaciones entre Reino Unido y el resto de socios de la UE en la cumbre que reunirá a los Veintiocho este jueves y viernes en Bruselas.
Ambos mantuvieron una conversación telefónica en la mañana del lunes para discutir sobre el estado de las negociaciones, después de que los jefes negociadores de los Estados miembros decidieran dejar las “cuestiones políticas clave” abiertas para que las discutan los líderes.
Cameron, que tenía previsto reunirse ayer con los jefes de los partidos políticos en el Parlamento Europeo canceló finalmente esta reunión sin confirmarse los motivos específicos.
Pese a este cambio, sí mantiene su viaje a Bruselas para verse con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, y con los negociadores de la institución: el alemán Elmar Brok; el líder de los liberales europeos, el belga Guy Verhofstadt; y el italiano Roberto Gualtieri.
Mientras, Tusk comenzó en París su gira de dos días por varias capitales europeas, en donde espera afianzar un acuerdo que hasta ahora definió como “frágil”. Su objetivo es poder redactar un tercer borrador de propuesta antes de que arranque la cumbre del próximo jueves.
La propuesta de acuerdo redactada por Tusk, tras contactos con Cameron, pero sin la revisión del resto de Estados miembros, recoge una de las principales reivindicaciones británicas, en tanto que prevé un “freno de emergencia” para suspender determinadas ayudas sociales a los europeos en sus primeros años de trabajo en Reino Unido.
Además de con el presidente francés, François Hollande, Tusk tiene programadas reuniones con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el primer ministro griego, Alexis Tispras.
También viajará a la República Checa, para reunirse en Praga con el primer ministro del país, Bohuslav Sobotka, quién representa al llamado grupo de Visegrado — República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría—, más crítico con las exigencias de Londres.
El Gobierno de David Cameron reclama cambios en las relaciones con la Unión Europea en cuatro ámbitos: la competitividad, el euro, la soberanía nacional y el bienestar social, como condición para defender la permanencia del país en el club comunitario en un referéndum que convocará antes de que acabe 2017.
El ‘premier’, que el viernes se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, en Hamburgo y habló por teléfono con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se entrevistó con el presidente francés para preparar la cita de Bruselas.
Según el ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea todavía tendrán “algunas cuestiones muy importantes” por cerrar en la cumbre del jueves sobre las reivindicaciones que reclama Reino Unido para hacer campaña a favor de la permanencia del país en la UE.
“Hay muchas cosas todavía en discusión. Nada está acordado hasta que todo está acordado. Todo está abierto, todo está encima de la mesa por ahora”, explicó el jefe de la diplomacia británica a su llegada a la reunión con sus homólogos de la UE, en la que el acuerdo sobre las reclamaciones británicas no está en la agenda.
Hammond admitió que habrá “discusiones intensas en los próximos días antes del Consejo Europeo” en el que los líderes tratarán de llegar a un acuerdo sobre las peticiones británicas, aunque ha dejado claro que habrá “algunas cuestiones muy importantes en la mesa que deberán determinar los líderes” mismos el jueves.
Además, valoró que “todos” los puntos solicitados por Londres son “cuestiones complejas”.
