Cuando en la noche del 22 de mayo, realmente ya madrugada del 23, Pedro Arahuetes aparecía sonriente ante sus seguidores en el Hotel San Facundo, convencido de gobernar pese a obtener un centenar de votos menos que Jesús Postigo, probablemente no imaginaba las dificultades a las que se enfrentaría para conseguir, veinte días después, ser investido alcalde Segovia por tercera vez consecutiva.
Esa confianza de Arahuetes en que Luis Peñalosa, el histórico dirigente de IU Segovia y de nuevo concejal tras largos años de ausencia de la vida municipal, le daría su voto sí o sí fue lo primero que no sentó nada bien en la coalición. Ya el lunes 23 el coordinador provincial, José Ángel Frías, aseguraba que Arahuetes no se merecía la Alcaldía, pero Peñalosa templaba gaitas afirmando que no se le pasaba por la cabeza propiciar un Gobierno del PP con su abstención.
Durante los días siguientes, en la semana del 23 al 29 de mayo, entraban en danza las altas instancias de ambas formaciones a nivel regional y los dos partidos iban tomando posiciones para las conversaciones. Aún con una postura de tranquilidad y confianza desde el PSOE, desde IU su coordinador provincial, José Ángel Frías, la figura más polémica de estas semanas, dejaba caer que las cosas no iban a ser fáciles para los socialistas, a la vez que ponía en tela de juicio algunas manifestaciones del líder regional de IU, José María González.
El acuerdo entre los responsables regionales del PSOE, Óscar López e IU, José María González, el 27 de mayo, para propiciar gobiernos de izquierdas parecía allanar el camino para un acuerdo. Pero con el inicio del mes de junio, los socialistas optaban por ‘parar el juego’, mientras Frías empezaba a advertir que había mucho que hablar y que el tiempo empezaba a terminarse. Las frases de Arahuetes en facebook, sobre todo la ya famosa “Es mejor morir de pie que vivir de rodillas”, invitaban a pensar que el candidato socialista no estaba muy por la labor de plegarse a las primeras exigencias anunciadas por IU: la revisión del PEAHIS y, sobre todo, la renuncia al parking de Los Tilos.
El primer encuentro entre Frías y el secretario provincial socialista, Juan Luis Gordo se produjo el jueves 2 de junio y el viernes 3 comenzaban ‘formalmente’ las negociaciones, con muy mal pie, ya que IU no acudió a la reunión y Frías se descolgó ante los periodistas con frases como que IU tenía la mano en la cadena de un váter lleno de mierda. Como suena.
Después de que el coordinador regional de IU tuviese que disculparse por los excesos verbales de Frías, las negociaciones entraban en su recta final. Las exigencias de IU, cuatro el lunes 6, crecían a 26 el miércoles 8. Los socialistas, y por lo visto, sobre todo Arahuetes, no parecían dispuestos a ceder tanto; IU tampoco parecía dispuesta a rebajar. El pacto de izquierdas se tambaleaba y hasta el prudente Peñalosa amenazaba con votarse a sí mismo y dar la Alcaldía al PP.
La situación empezó a destensarse el jueves 9, fundamentalmente porque el PSOE se avenía a aceptar la mayor parte de las peticiones de IU: ni parking de Los Tilos, ni PEAHIS, además de otros doce puntos de un acuerdo que se cerraría el viernes. Lo firmaron Arahuetes y Peñalosa; el alcalde lo dejó claro: “firmo este acuerdo con el concejal Peñalosa”. Del resto de IU, por lo visto, prefiere no saber nada.
En estos veinte días, páginas de periódicos e internet y horas de televisión y radio se han llenado con las declaraciones de Frías, Gordo o Peñalosa. Arahuetes, que desde el sábado por la mañana ostenta de nuevo el bastón de regidor de Segovia, afirmó que guardaría silencio hasta después de la investidura y, salvo algunas frases obtenidas con sacacorchos y alguna que otra ‘perla’ en su muro de facebook, ha cumplido su propósito. Por ahora, en sus primeras horas como alcalde, sigue callando. Eladelantado.tv le tendrá el próximo miércoles en directo, en una entrevista que puede desvelar muchas de las claves de las últimas semanas.
LA POSTURA DEL PP
La cara de Jesús Postigo la noche del 22 de mayo, tras conocer los resultados, dejaba bien claro que confiaba muy poco en sus posibilidades de gobernar. A pesar de su discurso defendiendo que había ganado las elecciones, que el PP era la lista más votada y debía gobernar, su mirada baja y su sonrisa forzada hablaban por sí mismas.
En los primeros días, los populares insistieron en que gobernase la lista más votada, pero optaron por guardar silencio cuando PSOE e IU empezaron a negociar. El jueves, cuando las cosas parecían muy complicadas entre socialistas e IU, los populares propusieron un gobierno de concentración, integrado por las tres fuerzas y presidido por Postigo. Pero el pacto del viernes convirtió la propuesta en agua de borrajas.
