El preludio de los actos centrales de la Semana Santa que tendrán lugar a partir de mañana, Domingo de Ramos dejó bien claro ayer la férrea voluntad de las cofradías segovianas de poner en valor el trabajo realizado a lo largo del año para mostrar su fe a través de los distintos actos religiosos y devocionales que se sucederán en los próximos días. El Viernes de Dolores sacó a la calle a tres cofradías segovianas, que convirtieron las calles de sus respectivos barrios en vías para la penitencia y la oración por las que discurrieron centenares de segovianos.
Casi de forma simultánea en el tiempo, ya que los tres actos estaban programados a la misma hora, las cofradías del Santo Cristo de San Marcos, Nuestra Señora de La Piedad del San José y la Cofradía de la Asociación de Exalumnos Maristas (Ademar) salieron a la calle para llevar a cabo las estaciones de penitencia del via crucis, el ‘via matris’ y las ‘Tres caídas’ como preparación previa para el Triduo Pascual. El buen tiempo quiso acompañar las actividades de las tres cofradías, y dejó una noche de cielos despejados y frías pero soportables temperaturas que hicieron posible que muchos cofrades y feligreses pudieran acompañar a sus imágenes y sumarse a la oración penitencial.
En el barrio de San Marcos, la pequeña iglesia situada a orillas del Eresma y vigilada desde su impresionante atalaya por el Alcázar fue escenario del inicio de la ‘Procesión de las Tres Caídas’ que recorrió la alameda de La Fuencisla para recordar el relato evangélico de las tres ocasiones en las que Jesús cayó portando la cruz en su camino hacia el calvario. La oración, dirigida por el párroco y rector del Santuario de La Fuencisla, Angel Miguel Alonso, realizó las tres paradas en el templo parroquial, frente al convento de los Padres Carmelitas y frente al santuario de la patrona de Segovia, para concluir nuevamente en la iglesia de San Marcos donde tuvo lugar el tradicional besapies de la imagen del Santo Cristo de San Marcos, titular de la cofradía.
También extramuros, el barrio de San José volvió un año más a congregar a centenares de cofrades, feligreses y vecinos para participar en el via crucis escenificado de la Pasión, que desde hace casi dos décadas pone en las calles del barrio la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad. Durante cerca de dos horas y media, San José se transforma en el escenario del relato de la muerte de Jesucristo, en el que los cofrades y los vecinos encarnan a los distintos personajes que el Evangelio sitúa en la historia. Durante el via crucis, se sucedieron momentos de intensa emoción al recrear escenas como el prendimiento de Jesús, la última cena, la oración en el huerto o el momento cumbre de la crucifixión. La banda de cornetas y tambores de La Piedad subrayó con las marchas procesionales los momentos más emotivos del via crucis.
En el recinto amurallado, la cofradía de Exalumnos Maristas llevó a cabo el rezo del ‘Via matris’, en el que se recuerda el camino que emprendió la Virgen María desde el sepulcro a su casa evocando los últimos momentos de la vida de su hijo. El cortejo partió en este caso desde la iglesia del Corpus Christi, de donde salió la imagen de María Santísima de las Angustias tras ser despedida por la comunidad de Madres Clarisas. El trono, portado a banzo por los cargadores de la cofradía, recorrió las distintas estaciones ubicadas en la iglesia de San Miguel, Catedral, antiguo colegio de las Jesuitinas, Arco de Socorro, Sancti Spiritu y Colegio Marista, donde los acompañantes de la procesión y el rezo llegaron casi al filo de la medianoche.
