A pocos metros del Acueducto, en el barrio de San Lorenzo, junto a la popular calle Gascos, se encuentra la calle del Pozo. Unas casas bajas en estado de sumo deterioro jalonan el final de esta calle, que permanece casi oculta, como avergonzada de su estado.
La calle del Pozo es una de las calles de la ciudad que aún permanecen sin asfaltar, ofreciendo una estampa más propia del siglo XIX. Y es que no son pocas las calles que, con su correspondiente placa para información de carteros y transeúntes, carecen de pavimento y su firme se mantiene a base de tierra y piedras desperdigadas. Y, en consecuencia, carecen de las más mínimas canalizaciones, como la red de alcantarillado. Es así que cuando descargan las lluvias o nieves estas calles se convierten en auténticos barrizales; una molestia más a las que ya soportan los habitantes de las viviendas que existen en muchas de ellas.
El popular barrio de San Lorenzo lidera la zona de la ciudad con mayor número de calles con nombre y apellidos y con firme más propio para el paso de carruajes. Junto a la calle del Pozo está la calle Los Novillos; curiosa por su limitada superficie, lo que no le impide atesorar su placa. Y en San Lorenzo también se encuentra la calle La Huerta, frente a la Residencia Mixta, donde sus vecinos deben convivir con todas las dificultades que supone vivir junto a una calle en cuesta y sin asfaltar, aunque con una pequeña acera. Cuando llueve el agua baja sin piedad a la búsqueda del Eresma.
Lo mismo ocurre en la calle Echarpiedra, que conecta con la calle Los Molinos, que se pavimentó, con firme de adoquín, gracias a los fondos del Plan de Riberas. Los planes del Ayuntamiento pasan por pavimentar Echarpiedra. Y, según se dice desde la Concejalía de Obras, se ultima la redacción del proyecto, con el propósito de que las obras sean financiadas con cargo a los presupuestos de 2010.
Pero San Lorenzo no es el único barrio donde existen aún calles sin asfaltar. Una de las más llamativas es la calle Ramón Martínez, en La Albuera, junto al colegio Eresma y la ciudad Deportiva de La Albuera. Utilizada como aparcamiento eventual de vehículos, esta zona es depósito del sobrante de los asfaltados que se acometen en calles con mejor fortuna.
En los alrededores del polígono de El Cerro y la estación de RENFE también hay varias calles que carecen del más mínimo pavimento, pese a ser frecuentadas por el paso de vehículos. Es el caso de la travesía de San Rafael, también con su correspondiente placa. Y a pocos metros, otra calle en tierra: la calle Jauja, lindante con el bar-restaurante del mismo nombre. En perpendicular otra calle desde la que accede al polígono de El Cerro, utilizada para el aparcamiento. Circular por ella supone toda una aventura propia del Paris-Dakar.
Calles sin asfaltar hay todavía en casi todos los barrios, como en San Marcos, donde siguen con firme de tierra las calles Veracruz, junto al bar-restaurante San Marcos, o la calle José María Heredero. Y en todos los barrios incorporados existen no pocas calles donde el polvo es común en verano y los barros cuando las lluvias descargan. Las calles Perchel y Del Sol en Zamarramala son solo un ejemplo.
¿Qué motivos son los que impiden asfaltar estas y otras calles de tierra? . El concejal de Obras del Ayuntamiento de Segovia, José Llorente, ofrece varias razones. De entrada, indica que las calles de los alrededores del polígono de El Cerro están afectadas por una Unidad de Actuación; es decir, están incluidas en futuros proyectos de desarrollo y son los propietarios de los terrenos los que deberán urbanizarlas en su momento. Éste también sería el caso de la calle Ramón Martínez, en La Albuera, que se remodelará cuando comiencen las obras de urbanización de las áreas A y B, que proyecta más de 4.000 viviendas en paralelo a la carretera de La Granja, al otro lado de Nueva Segovia. El problema es que la crisis económica ha forzado a paralizar estos proyectos. Toca esperar.
Otras calles correrán mejor suerte, como la calle Echar Piedra. «Queremos pavimentar esta calle, es muy necesario», admite el concejal de Obras, José Llorente, quien recuerda que hace un mes comenzaron las obras para urbanizar y ampliar la calle Jerónimo de Aliaga. El Ayuntamiento pretende que con esta nueva calle y la calle Echarpiedra, ya pavimentada, se haga innecesario circular por la Plaza de San Lorenzo.
Llorente recuerda que todos los años el Ayuntamiento afronta un ambicioso plan de asfaltado. En el mes de octubre gastó casi 200.00 euros en asfaltar calles de los barrios de El Salvador, Nueva Segovia, y el Cristo del Mercado. La última en asfaltarse, la calle Velázquez, junto a José Zorrilla.
«Los fondos son limitados y tenemos que priorizar», argumenta Llorente. Y añade: «Tenemos que actuar donde más problemas haya y donde más beneficies a la gente, me gustaría una ciudad perfecta, pero no es lo mismo una calle con tres vecinos que otra con trescientos, hay que priorizar».
En cuanto a los barrios incorporados, Llorente resalta el «esfuerzo» del Ayuntamiento por acondicionar las calles, aunque deja entrever que queda tarea por hacer. «Vamos asfaltando poco a poco», afirma.
Llorente no pasa por alto una calle: la avenida de la Constitución, de titularidad de la Junta de Castilla y León, sin red de alcantarillado y con un firme de adoquín que presenta numerosos blandones. «Ni la cede al Ayuntamiento ni la arregla», dice Llorente, quien afirma que para que el consistorio pudiera asumir la titularidad de la avenida la Junta debería aportar casi 1,3 millones, el coste para acondicionar toda la avenida.