Caja Segovia confirmó ayer el inicio de conversaciones para la posible formación de un Sistema Institucional de Protección (SIP) con Caja Madrid, y con otras entidades como Caja Ávila, Caja Insular de Canarias, Caixa Laietana y Caja Rioja.
Además de señalarlo el presidente de la entidad, Atilano Soto, también la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) informó del comienzo del proceso negociador.
Según Caja Segovia, el proceso “está en fase preliminar y adicionalmente, en su caso, sujeto a la aprobación de los órganos de gobierno de las entidades y de las autoridades administrativas competentes”. Con la creación del nuevo grupo se permitiría “reforzar la solvencia y la liquidez del conjunto de cajas de ahorros que lo conformen y su calificación crediticia, optimizar sus niveles de eficiencia, así como mejorar el servicio a su amplia base de clientes”. En esta línea, para Caja Segovia, la nueva alianza alcanzaría una “notable dimensión y cobertura nacional, manteniendo el liderazgo de cada caja en sus respectivos territorios de origen”.
Además apuntó que cada caja de ahorros mantendría su personalidad jurídica, actividad comercial e identidad corporativa en sus territorios de origen, así como sus órganos de gobierno y la gestión de la Obra Social.
El anuncio se produjo un día después de que los consejos de Administración de Caja de Ávila y Caja Segovia rechazaran su integración en Banca Cívica, proyecto promovido por Caja Navarra y al que se sumaron Caja Canarias y Caja de Burgos. Además, el Banco de España recibió ayer también la documentación, presentada por el director de Caja Segovia, Manuel Escribano, como establece la ley. Y será en los próximos días cuando dictamine sobre su viabilidad. Lo mismo hizo el resto de entidades interesadas en conformar el nuevo SIP.
El contacto con Caja Madrid no era nuevo, pero al ponerse en marcha el de Banca Cívica, se exigía un contrato de confidencialidad, que ahora se ha roto. Tres fueron los principales motivos que llevaron al consejo de administración de Caja Segovia a rechazar el protocolo vinculante del SIP Banca Cívica.
Por un lado, se limitaba el territorio donde podía expandirse y crecer, a Guadalajara y Soria, mientras se anulaba Valladolid y Madrid, donde más implantación tiene Caja Segovia fuera de la provincia. También rechazaron el que no se detallara en el protocolo la cuota de participación que tendría Caja Segovia en la nueva Banca Cívica. Y, por último, la representación en la que ya se habían asignado repartido los cargos de la nueva entidad bancaria.
Ahora, en caso de prosperar este proyecto con Caja Madrid y las otras cuatro entidades, se formaría el SIP más grande de los que se han negociado hasta ahora en España, ya que las seis cajas suman activos financieros por valor de 227.000 millones de euros, un tamaño algo inferior al de la primera caja española, La Caixa, que a cierre de marzo tenía 272.404 millones de euros en activos. Las seis entidades tendrían, asimismo, entre todas 19.000 empleados y una red de 2.975 oficinas.
Caja de Ávila aportará el 3,13 por ciento de los activos y el 2,96 por ciento del patrimonio neto del nuevo grupo, mientras que Caja Segovia sumará el 2,71 por ciento de los activos y el 2,65 del patrimonio neto.
Las fusiones de cajas se han acelerado en las últimas semanas debido a las presiones del Gobierno y del Banco de España para realizar cuanto antes un reordenamiento del sector financiero para afrontar la crisis. Así, esta semana la primera caja española en tamaño, La Caixa, anunció su intención de absorber a otra caja de tamaño reducido, Caixa Girona.
También están en marcha actualmente otros SIP como el que unirá Caja Murcia, Caixa de Baleares Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Penedés, además del que incluirá a Caja Mediterráneo (CAM), Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Todas ellas tienen hasta el 30 de junio para completar el proceso y poder acudir al fondo de ayuda económica FROB.
