Caja España y Caja Duero han reconducido su desacuerdo inicial sobre la fusión y han decidido retomar la negociación e intensificar los contactos para intentar cerrar un acuerdo antes del 7 de enero, tal y como les pidió ayer el Banco de España. Ambas entidades celebraron el pasado martes sus respectivos consejos de administración para estudiar la situación y coincidieron en mostrar una voluntad decidida de continuar adelante con el proceso. No obstante, las posturas de unos y otros se mantienen en términos parecidos a los que había en las horas previas al último desencuentro ya que Caja España aboga por un «proceso permanente» de negociación para alcanzar un acuerdo «equitativo» y su presidente asegura que no quiere «ni rayas rojas, ni limitaciones», mientras que desde Caja Duero se considera que su planteamiento es justo, según lo expresado el martes en el Consejo de Administración.
De la reunión se desprende que tampoco hay acuerdo en introducir en la negociación la figura de un mediador – «un hombre bueno», en palabras del presidente de Caja España, Santos Llamas- que pueda ayudar a impulsar los acuerdos ya que desde la entidad con sede en Salamanca se considera que esa es una responsabilidad de los respectivos consejos de administración y de la comisión negociadora.
A última hora de ayer se barajaban las fechas del próximo domingo o el lunes, dependiendo de la agenda de alguno de los miembros de la comisión, para retomar la negociación entre ambas entidades, según informaron fuentes financieras. Pese a ello, y a que se trata del tercer intento para llevar a buen puerto una fusión en la que han trabajado durante un año, los responsables de ambas cajas han coincidido en destacar que aún es posible un acuerdo e, incluso, Caja Duero prevé celebrar un consejo de administración extraordinario antes de Reyes para poder refrendar los acuerdos.
advertencia. Los presidentes de ambas cajas han transmitido también a sus respectivos consejos la «posición firme» del Banco de España en pos de la fusión de las dos entidades como única posibilidad. Quiere una unión y la quiere rápido: antes de que el 7 de enero se reúna la Comisión Ejecutiva del Banco de España. Por ello, les pide un esfuerzo definitivo ya que ese día deberán llevar aprobado la solicitud de préstamos del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancario (FROB) que asciende a 562 millones. Según estas mismas fuentes, hasta tal punto dejó explícita su posición que llegó a advertirles de que si no se producía este acuerdo podría reservarse la adopción de medidas extraordinarias de inspección.
En el fondo de la cuestión, Caja España y Caja Duero tienen una concepción diferente de la fusión. La primera apuesta por la dualidad en determinadas áreas estratégicas de la caja resultante y un reparto a dos de las diferentes áreas –una fusión equilibrada, según Santos Llamas-, mientras que la segunda quiere una «caja sólida y eficiente», con un núcleo ejecutivo fuerte y arropado por las direcciones generales y con una única sede: Salamanca.
Según fuentes de la negociación, la propuesta de Caja Duero supone en realidad crear una sede ejecutiva «fuerte» en Salamanca, dejando para León la configuración de una «sede social» y «representativa», con la presidencia en el edificio Botines pero carente de «poder ejecutivo real». En definitiva, se trata de dos conceptos diferentes sobre la fusión. Así, Caja España plantea la existencia de una sede social, una ejecutiva nominal y dos sedes operativas, mientras que Caja Duero aboga por una sede ejecutiva operativa, desde donde se dirija el negocio.
Santos Llamas aclaró que «jamás» se dará la situación en la que un miembro de Caja España se levante de una negociación porque se trata de un proceso «vital» que ha exigido el mundo financiero. «Si otros quieren poner cortapisas o problemas, no seremos nosotros los que nos neguemos, siempre estaremos a su disposición». En este sentido, aclaró que el Consejo de la caja siempre ha estado informado de todos los acuerdos y desacuerdos en torno a la fusión y se felicitó porque todos los acuerdos se adoptaron «por unanimidad», lo que para él demuestra que no existen «fisuras o grietas».
También dijo que la petición de continuidad de las negociaciones no supone que se obvien otras vías. «Primero hay que resolver nuestro problema más acuciante, nuestro problema financiero a nivel regional, y de esa capacidad que tenemos para llegar a acuerdos de una gran entidad que necesitamos a nivel nacional y luego ya hablaremos».
