La Facultad de Educación del campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid impartió ayer un curso práctico de Primeros auxilios y Soporte vital básico, con el fin de ofrecer a los futuros maestros los conocimientos adecuados para actuar con seguridad y de forma eficaz ante los distintos tipos de accidentes infantiles que se puedan registrar en el ámbito escolar.
El curso fue promovido por el área de Didáctica de las Ciencias Experimentales y contó con la participación de la Policía Local de Segovia y de técnicos de la empresa de formación sanitaria, Reina Formación y Logística, que guiaron las prácticas de más de un centenar de alumnos de los grados de Educación Primaria y de Educación Infantil, de primero y de cuarto curso.
Durante más de tres horas los alumnos de Magisterio completaron una “cadena de supervivencia” compuesta de ocho talleres y después pusieron en común lo aprendido en una ronda de intervenciones donde también compartieron con los policías y los profesionales de emergencias sus dudas y preocupaciones.
La cadena de supervivencia, instalada en el centro del ágora universitaria comenzó con un taller de conceptos básicos de reanimación cardiopulmonar (RCP), y continúo por otros específicos de RCP en niños y en bebés, hasta llegar a secciones más concretas donde se enseñó a los universitarios a manejar un desfibrilador semiautomático (DESA), a buscar la posición lateral de seguridad de un accidentado, a actuar ante un atragantamiento, y hasta a inmovilizar a un paciente politraumatizado. De esta forma, los jóvenes pudieron practicar vendajes, colocar un collarín, utilizar una camilla de cuchara, realizar la maniobra de Heimlich (para expulsar un objeto asfixiante y desbloquear la salida y entrada de aire en caso de asfixia por atragantamiento) y a utilizar los “medios de fortuna”. Los técnicos de Primeros auxilios y Soporte vital básico denominan “medios de fortuna” a aquellos objetos que se encuentran en el lugar del suceso y que a falta del equipamiento profesional pueden ayudar a dar respuesta a la emergencia, (desde cinturones, pañuelos, mesas, tablas o bolígrafos).
La lección se llevó al ámbito escolar para señalar los objetos que allí suele haber y pueden ser útiles, y las escenas también se enmarcaron en el mismo contexto para dar mayor realismo a la clase práctica, en la que se contó con material real y muñecos. Así se habló de picaduras de insectos en una excursión, y se simularon accidentes en gimnasia o en el patio de recreo, una crisis epiléptica en clase, un atragantamiento…
Las primeras indicaciones fueron ofrecidas por los policías locales que habitualmente son los primeros que actúan en casos de emergencias. La plantilla de Segovia cuenta con 70 agentes preparados para saber utilizar los cuatro desfibriladores de los que disponen (dos son portados en los coches patrullas, uno está instalado en el parque infantil y otro en el cuartel de la Policía Local).