Bonifacio García de Frutos, representante de los impositores de Caja Segovia en su Consejo de Administración desde el año 2006, se convirtió ayer en el cuarto consejero dimitido en la última semana.
En una carta remitida al presidente del Consejo de Administración, García defiende que desde que Caja Segovia cedió su negocio bancario “la actividad financiera de la entidad ha quedado vacía de contenido”. El ya dimitido consejero dice en su escrito no querer formar parte de un Consejo de Administración que tiene que aprobar el calendario electoral para elegir los futuros órganos de gobierno de Caja Segovia, con los que García está “en total desacuerdo, por considerarlos innecesarios para lo que ha quedado reducida la entidad”.
La candidatura ‘independiente’ encabezada por García, que ganó las elecciones por el grupo de impositores celebradas en el año 2006 manifestó ayer en una nota de prensa su “satisfacción” por haber conseguido, con las dietas cobradas por sus ocho consejeros por asistir a las reuniones de los órganos de gobierno, financiar con 60.000 euros un total de17 proyectos de cooperación al desarrollo, en países como Haití, Angola, Benín, Perú o República Dominicana.
La dimisión de García se une a las de Javier Santamaría, que ha renunciado a su puesto en el Consejo de Administración por incompatibilidad con el cargo de senador, así como a las Fidel García Hernández y María Dolores Romero, ambos representantes de los trabajadores de la entidad en el Consejo de Administración. Los dos últimos denunciaron la forma en que se está llevando a cabo el proceso de integración y su efecto entre los trabajadores, así como que las prejubilaciones de los directivos son distintas a las del resto de los trabajadores de la entidad.
