Después de la tragedia que se vivió la noche del pasado miércoles en la localidad barcelonesa de Castelldefels, algunos asuntos empiezan a esclarecerse. Para empezar, el ministro de Fomento, José Blanco, indicó ayer que, tras los avances en la investigación, «todo apunta a que se trata de una imprudencia», descartando, como ya se venía haciendo a lo largo de la semana, un fallo del conductor del tren siniestrado. Además, se confirmó que el número total de víctimas mortales es de 12, en lugar de los 13 que se anunciaron el jueves.
Blanco, que presidió el inicio de las obras de la Alta Velocidad en Vilar de Barrio, aseguró que los últimos informes «ratifican que ha sido una imprudencia lo que ha causado la tragedia que a todos nos ha asolado».
Por el momento, tanto «Renfe como la comisión de investigación están realizando su trabajo y sus informes», que se harán públicos una vez concluya la investigación.
Ante la perspectiva de una imprudencia por parte de las personas que atravesaron la vía, Blanco hizo «una llamada a la prudencia».
«Nunca, en ningún caso, se pueden cruzar las vías férreas; en este sentido es necesario apelar a la responsabilidad de todos los ciudadanos para que en ningún caso crucen las vías por muy seguros que estén», señaló.
Además, el presidente de la Generalitat, José Montilla, aseveró que «la responsabilidad de las personas es intransferible», en relación a las víctimas de la tragedia.
El suceso, ocurrido la pasada noche de San Juan, se saldó con el atropelló de una treintena de personas que cruzaban la vía férrea, de las que murieron 12 y 14 resultaron heridas.
La consellera de Justicia de la Generalitat, Montserrat Tura, confirmó ayer que la cifra definitiva de fallecidos en el accidente de Castelldefels Platja es de 12 víctimas, de las que 11 ya han sido identificadas.
Asimismo, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya informó de que eran 12 y no 13, tal y como se presumía hasta ahora, el cómputo de fallecidos en el trágico atropello, después de que el juzgado de primera instancia e instrucción 1 de Gavà recibiera la confirmación oficial de los servicios forenses. Según Tura, este baile de cifras se explica porque creyeron que dos restos mortales que hallaron pertenecían a dos personas, pero al hacer la prueba definitiva del ADN se comprobó que eran idénticos.
Ahora, solo queda un cuerpo por identificar. Se trataría de una mujer rumana de unos 30 años que no tiene familia en España, y ya se ha solicitado ayuda a la Interpol para acceder a datos de su familia en el país de origen.
