Yo voy a empezar 2016 igual que terminé 2015: ¡De fiesta!». La afirmación escuchada ayer por uno de los miles de segovianos que salieron a la calle a recibir el año nuevo en Nochevieja resume claramente el espíritu festivo de una ciudad que, un año más, se entregó de lleno a la vorágine festiva. En los hogares primero y después en los distintos establecimientos hoteleros y hosteleros de la capital, la ilusión por dejar atrás un año complicado y recibir otro que además contará con un día más al ser bisiesto, se tradujo en una explosión incontenible de alegría y de fiesta que, afortunadamente, se desarrolló sin sorpresas desagradables.
El balance realizado por el Servicio de Emergencias Castilla y León 112 de las incidencias registradas en Segovia señala una agresión y dos peleas como los hechos más destacados en la capital, en las que se requirieron la presencia de los servicios sanitarios para atender a los heridos, cuyas lesiones no revistieron gravedad.
Asimismo, se registraron dos accidentes de tráfico, uno de ellos a las 7,45 horas de la mañana, en el que un turismo se salió de la vía en el acceso de la SG-20 por la glorieta de Nueva Segovia, donde el conductor y único ocupante del vehículo resultó ileso. El otro accidente tuvo lugar a las nueve de la mañana en la calle Poleo, donde un turismo colisión contra un vehículo estacionado, causando daños materiales. El conductor del vehículo fue sancionado por la Policía Local ya que al practicársele la prueba de alcoholemia superaba los niveles permitidos.
Pero la anomalía más grave y menos cruenta de la noche fue la caída del servicio de mensajería whatsapp a nivel mundial, que hizo que este ahora imprescindible medio de comunicación dejara de funcionar durante varias horas. El ‘caos’ producido por esta incidencia influyó notablemente en el devenir de la jornada, ya que las citas y las ‘quedadas’ para la noche a través de los grupos tuvieron que retrasarse hasta recuperar el servicio, circunstancia que no sucedió hasta comenzar el año nuevo, pasada la medianoche.
De este modo, el Azoguejo -punto de cita oficial para el inicio de la Nochevieja- permaneció lleno de gente casi hasta las dos de la madrugada, una vez recuperados los servicios de telefonía móvil, y los jóvenes vistiendo sus mejores galas partían desde allí para reunirse en los distintos locales e iniciar la fiesta de recepción del nuevo año.
Poco a poco, bares y discotecas comenzaban a llenarse a partir de las 2,30 de la madrugada de un público dispuesto a darlo todo en Nochevieja, aprovechando para ello las distintas ofertas conjuntas e individuales propuestas por los distintos establecimientos hosteleros. Para las economías menos pudientes, los lugares de encuentro como la Ontanilla fueron el escenario elegido para celebrar una Nochevieja «low cost», con las bolsas de bebida como elemento obligado para completar la noche festiva.
El público adulto tuvo en los tradicionales cotillones servidos por los restaurantes y hoteles de la capital una alternativa eficaz y sin fisuras para disfrutar. Compartir la llegada del nuevo año comiendo las doce uvas en el mejor ambiente y después bailar hasta la madrugada al son de la música de orquestas fue la opción de muchos segovianos para la Nochevieja.
Al rayar el alba, el tráfico comenzaba a afluir por las calles para devolver a su casa a los miles de segovianos que salieron de fiesta anoche; aunque incluso hasta primera hora de la tarde algunos de los más impenitentes celebrantes de esta ceremonia anual aún lucían por las calles los restos de una maratón festiva con la que quisieron exorcizar los malos augurios para un año que recién comienza.
Un terremoto para agitar el inicio del año
Un pequeño seísmo con epicentro en la localidad madrileña de Bustarviejo se dejó sentir levemente en algunas zonas de la vertiente segoviana de la sierra de GuadarramaUn terremoto de 1,9 grados de magnitud se dejó sentir en la tarde de Nochevieja en algunos puntos de la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama, en zonas próximas al Real Sitio de San Ildefonso. El Instituto Geográfico Nacional informó a través de una nota oficial que el seísmo se registró a las 18.52 horas de la tarde del 31 de diciembre, con epicentro cerca de la localidad madrileña de Bustarviejo, en las proximidades del puerto de Canencia. Los datos facilitados por el IGN indican que el movimiento sísmico se registró a una profundidad de siete kilómetros.
Aunque la magnitud alcanzada por el terremoto indica en la escala de Richter que apenas puede ser percibido, esta redacción recabó el testimonio de algunas personas que aseguraron sentir un ligero temblor en el Real Sitio minutos después de registrarse la actividad sísmica en la zona epicentral antes citada. Asimismo, los expertos aseguran que estos microsismos se producen diariamente cerca de 8.000 veces en todo el mundo.
En febrero de 2015, en varios puntos de Segovia pudieron percibirse los efectos de un terremoto de grado 5,6 registrado en Albacete, sin que este episodio pasara de un hecho anecdótico que suscitó llamadas al 112 y multitud de comentarios en redes sociales.
