Tras reunirse durante esta semana con los principales líderes políticos italianos, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, encargó ayer al dirigente del centro-izquierda, Pier Luigi Bersani, la formación del próximo Gobierno en el país y le pidió que mantenga «contactos» con todos los grupos con representación parlamentaria.
En opinión del jefe del Estado, el PD está «objetivamente en las condiciones más favorables para buscar una difícil solución» para la formación del Ejecutivo tras los resultados de las elecciones, que otorgaron a su coalición la mayoría en la Cámara de Representantes, pero no en el Senado, donde necesita un socio.
Durante el anuncio de su decisión, tras dos días de intensas consultas, Napolitano insistió en que el país necesita «un Gobierno lo más rápido posible» para que también el Parlamento pueda iniciar su «plena actividad».
El jefe de Estado incidió en que «la estabilidad institucional, no es menos importante que la financiera», en un mensaje velado al Movimiento Cinco Estrellas (M5S) por sus últimas críticas vertidas con respecto a la lentitud en la formación del Gabinete, ya que las elecciones se celebraron los días 24 y 25 de febrero.
Napolitano también destacó en su discurso, más largo de lo que suele ser habitual según los medios italianos, la inviabilidad de una «gran coalición», que fue la apuesta planteada por el exprimer ministro Silvio Berlusconi.
Según el presidente, esta opción entabla «dificultades relevantes, por las divergencias y contraposiciones» entre el partido de Il Cavaliere y el de Bersani, «que se habían atenuado con el apoyo al Gobierno de Mario Monti».
Así pues, pese a que ha podido constatar que existe una coincidencia entre los partidos respecto a la necesidad de cambios, Napolitano indicó que «ante las divisiones emergidas durante las consultas» ha optado por encargar a Bersani «verificar si cuenta con un apoyo parlamentario seguro» e informar de ello de forma rápida.
El guante fue recogido de inmediato por Bersani, que reaccionó asegurando, no obstante, que tardará en formar Gobierno «el tiempo necesario en una situación difícil». El político aseveró que acepta el encargo «con la máxima determinación y equilibrio» y agradeció a Napolitano la confianza que ha depositado en él para afrontar este desafío.
En este sentido, prometió que trabajará en pro de un Ejecutivo de «cambio» que pueda llevar a cabo las reformas que necesita el país y que «hasta ahora no se han realizado», principalmente en materia constitucional y electoral.
El líder del PD adelantó que pretende iniciar «rápido» los contactos con las fuerzas políticas, pero también con las sociales. Estas deberían comenzar con los presidentes del Congreso, Laura Boldrini y del Senado, Pietro Grasso.
