Desde el ojo del huracán en el que se encuentra, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, optó ayer por intentar desviar la atención sobre los problemas económicos por los que atraviesa su país al anunciar que se organizarán elecciones primarias («al más puro estilo americano») para elegir al candidato que representará a su coalición de centroderecha en las próximas elecciones generales, que tendrán lugar en 2013. De este modo, también quiso dejar bien claro que su Ejecutivo «es sólido» y que no existe «ningún pacto» con su socio de coalición, la Liga Norte, para celebrar comicios el próximo año, sino que terminará la legislatura, porque «hay un programa de Gobierno para los próximos 18 meses».
Aunque no precisó si también él se presentará a estas primarias, un misterio que lleva rondando meses, el dirigente explicó que «elegiremos a un aspirante con un sistema basado en el que usan los partidos en Estados Unidos y en los que participan todos los ciudadanos que así lo desean».
El mandatario excluyó la posibilidad de acudir a las urnas en 2012, porque «Italia necesita estabilidad y el voto anticipado iría en contra de los intereses del país». Además, Il Cavaliere aseguró que el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, «es un fiel aliado» y que las luchas internas que mantienen ambas formaciones «son solo un sueño de la oposición».
«El país necesita estabilidad, y convocar elecciones significaría ir contra los intereses de la nación. Forzar la caída del Gobierno y comenzar una campaña electoral con un agujero de gobernabilidad de seis meses sería un daño gravísimo para Italia y para los italianos», agregó.
Sobre la posibilidad de formar un Ejecutivo de unidad nacional, Berlusconi afirmó que significaría «una parálisis política», cerrando así cualquier hipótesis de acuerdo con la oposición.
Asimismo, el dirigente destacó que su partido, Pueblo de la Libertad, «cambiará de nombre», aunque precisó que «el nuevo no será Fuerza Silvio».
En este sentido, subrayó que Pueblo de la Libertad «tiene dos palabras preciosas, pueblo y libertad», pero que «el problema es que no se dicen nunca, se menciona solo un acrónimo, el PDL». Por ello, opinó, «no conmueve, no emociona ni comunica», por lo que sus miembros «están pensando en otro nombre que no sea sustituible con un acrónimo» como era el caso de su anterior formación, Fuerza Italia.
También la izquierda
Por otro lado, el líder de la oposición y principal exponente del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, insistió en que su grupo «está dispuesto a hacer su parte» en la formación «de un Gobierno de transición», porque el Ejecutivo liderado por Silvio Berlusconi «así no llegará a 2013», debido a los desacuerdos con sus socios.
Asimismo, se mostró partidario a «celebrar primarias» con las formaciones del centro izquierda. En este sentido, Bersani subrayó que es necesario un acuerdo «de credibilidad» con los partidos de centro izquierda, Italia de los Valores (IDV), Izquierda Ecología y Libertad (SEL) y Partido Socialista Italiano (PSI), para mantener «la coalición» de la izquierda en el Parlamento y presentarse a unas posibles elecciones con un solo candidato.
