El Real Madrid, gracias a un tanto del francés Karim Benzemá (muy cuestionado en las últimas semanas) en la primera parte, ve más cerca la final de la Copa del Rey, un título que se le resiste desde hace 17 años y para el que dio ayer un paso importante ante un Sevilla muy atenazado y con pocos recursos ofensivos.
Se notó que el entrenador ‘merengue’, José Mourinho, tenía bien claro que la semifinal no se acababa en el estadio Ramón Sánchez Pizjuá y que había otros 90 minutos como mínimo que jugar la próxima semana en el Santiago Bernabéu.
Por ello, el técnico portugués sacrificó en el lateral izquierdo al brasileño Marcelo Vieira para dar entrada a un más defensivo Álvaro Arbeloa con la intención de parar las incursiones del joven Jesús Navas, y, además, formó con una línea de tres centrocampistas con la presencia del francés Lass Diarrá en detrimento del argentino Ángel Di María.
El conjunto hispalense, por su parte, salió con todo y con ganas de sorprender, sobre todo con las incursiones de Navas por la derecha, por donde llegaron los primeros problemas para los visitantes, aunque el combinado blanco, con superioridad en el centro del campo, también puso en apuros a la defensa local.
Una entrada de Lass Diarra a Sergio Sánchez en el minuto 8 lesionó al defensa local y obligó a que fuera sustituido por el uruguayo Martín Cáceres instantes antes de que el francés Karim Benzemá, en una muy buena jugada personal, superara a Andrés Palop en su salida y lograra el 0-1 definitivo (minuto 17).
El tanto no hizo más que redoblar la confianza madridista ante un rival que se perdió, con un juego demasiado lento y previsible, en intentar superar la presión de los visitantes, pese a que el brasileño Luis Fabiano tuvo el empate en la cabeza tras un córner botado por el marfileño Ndri Romaric.
En la última fase del primer tiempo, los hombres de Gregorio Manzano encontraron algunos huecos, casi siempre por la derecha, pero la defensa adversaria no se descompuso e Íker Casillas no tuvo que intervenir demasiado.
La polémica llegó segundos antes de que Undiano Mallenco pitase la conclusión de la primera parte, cuando Luis Fabiano se quedó con el balón solo ante el meta madrileño, al que superó en su salida y remató raso para que Raúl Albiol despejase sobre la raya de gol.
Los sevillistas y la grada cantaron el tanto, pero el colegiado navarro, en comunicación con uno de sus asistentes, apreció que el balón no había traspasado la línea ante la airada protesta local.
El Real Madrid intentó sobreponerse del susto en la segunda parte y mantuvo su orden táctico con un incombustible Lass, que le dio vida al ataque de su equipo.
El Sevilla sufrió otro contratiempo con la lesión a las primeras de cambio de su organizador Romaric, pero el Madrid desperdició algunas ocasiones para incrementar su ventaja y eso le dio algo de vida a la formación hispalense en busca del empate, aunque sin claridad para crear verdadero peligro.
El partido se rompió en la fase final porque los locales descuidaron todas las marcas y los visitantes siguieron con claras oportunidades de dejar ya sentenciada la eliminatoria, aunque el 0-1 es renta más que suficiente para hacerla buena en su campo.
