Para unos es deporte; para otros, ciencia. Para los amantes de esta actividad, la espeleología conjuga todo esto y mucho más: es naturaleza, es arte, e incluso patrimonio. El club deportivo palentino Nubis ha organizado un curso de iniciación a este deporte; un ciclo que ha contado con la participación de 15 alumnos que, durante tres fines de semana, han realizado incursiones en las cuevas y simas más conocidas del país.
Es el tercer año consecutivo —los mismos que lleva activo el Club— que organizan esta actividad, cuyo objetivo no es otro que “dar a conocer el mundo subterráneo y ayudar a que se respete y se valore”, explica el presidente del colectivo, Jesús Manuel Sáez. Y es que, a su juicio, la espeleología sigue siendo un “deporte minoritario” que, sin embargo, resulta “primordial” para descubrir nuevas cavidades que siguen apareciendo en nuestro subsuelo.
Los quince alumnos participantes —tres se han quedado fuera— han podido descubrir las bellezas que se esconden bajo tierra en algunas de las principales cavidades de España. El curso se ha estructurado en tres fines de semana, durante los que han combinado sesiones teóricas y prácticas para facilitar a los alumnos “la comprensión de lo que ven”. Comenzó el pasado 30 de abril en el Centro de Prevención de Riesgos en Actividades de Tiempo Libre del Complejo Juvenil Castilla de Palencia, donde aprendieron las principales técnicas de progresión, tanto horizontal como vertical “en un entorno seguro y controlado”.
El Club Deportivo de Espeleología Nubis pretende con este tipo de actividades “captar gente y aficionados a la espeleología”, pues como el propio presidente recuerda, “el club no gana dinero con estas actividades y vive únicamente de las aportaciones de sus socios”. Castilla y León cuenta en la actualidad con unos 500 federados a este deporte, “poco agradecido” en muchos aspectos.
En los últimos meses, un grupo de espeleólogos del club está realizando una investigación para catalogar cuevas inexploradas en el Páramo de la Lora de la Montaña Palentina, en los alrededores de Revilla de Pomar. Allí se están descubriendo cavidades hasta ahora desconocidas y aumentando el desarrollo topográfico de algunas ya conocidas.
